31 de marzo de 2019

EL VALOR DE LA ATRICIÓN

UNA ENSEÑANZA DE LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO

De entre las muchas conclusiones a las que se puede arribar meditando la Parábola del Hijo Pródigo, es importante también destacar el valor de la atrición.

El hijo menor, al verse en una situación de desolación y de hambre, añora la casa paterna, y resuelve regresar al hogar.

Se arrepintió, volvió, pidió perdón y estuvo dispuesto a ser tratado como un siervo más. Y ello ocurrió cuando se vio comiendo con los cerdos.

"Ya había gastado todo, 
cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, 
y comenzó a sufrir privaciones.

    Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, 
que lo envió a su campo para cuidar cerdos. 
El hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, 
pero nadie se las daba.
    Entonces recapacitó y dijo: 
"¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre!" 
Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: 
"Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo,
trátame como a uno de tus jornaleros."

    Entonces partió 
y volvió a la casa de su padre". 
(Cfr. Lc. 15)



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