Sobre la denigración
de la “Última Cena”
en los Juegos Olímpicos en Francia
2024
Las
poses completamente deshumanizadas con las que los ideólogos LGBT se burlaron
no sólo de la Última Cena de Jesús, sino también de su propia dignidad humana
en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, son obviamente una
continuación de la campaña de los Jacobinos (1) para descristianizar
Francia. En el punto álgido de este frenesí antieclesiástico, el 10 de
noviembre de 1793, los revolucionarios franceses hicieron entrar en la catedral
de Notre Dame de París a una mujer desnuda vestida como la diosa Razón y
demostrar sus perversiones sexuales en el altar.
Las obscenidades blasfemas contra la religión están estrechamente ligadas a la violencia física y psicológica contra los
creyentes en Cristo. Pues el «culto a la razón y a la libertad» está
inexorablemente ligado al Gran Terror, del que fueron víctimas cientos de
miles y millones de inocentes en los sistemas totalitarios ateos, desde los jacobinos
-maestros de la guillotina- pasando por los fascistas y comunistas, hasta
nuestros días, en los que los cristianos son la comunidad religiosa más
perseguida del mundo.
La ideología woke (2) en
Occidente tiene raíces explícitamente ateas, se caracteriza de cabo a rabo por
el odio a Jesucristo y por la peor incitación contra la Iglesia católica. Se
manifiesta en la discriminación de los cristianos con palabras y acciones
violentas, incluidos crímenes judiciales contra la humanidad, por ejemplo
cuando se priva a los padres de sus propios hijos por orden judicial si no
permiten que se mutilen los genitales de sus hijos, todo ello bajo el eufemismo
de la «autodeterminación del propio sexo».
Las autoridades del Estado francés -al permitir estas
escenificaciones anticristianas e inhumanas- justifican la ideología del
laicismo, que en modo alguno significa la neutralidad religiosa del Estado,
sino que no es más que una tapadera para la brutal violación del derecho humano
a la libertad religiosa y de conciencia. La gente delira por la inclusión de
personas «woke» en un país donde los católicos han sido sistemáticamente
marginados de la vida pública y vilmente discriminados durante 200 años.
No se dan cuenta que han permitido denostar el honor de Francia,
que como país y cultura debe todo al cristianismo. La noble cultura francesa es
arrastrada por el fango con un arrebato de enajenación mental. El desprecio
hacia la religión y hacia la conciencia conduce necesariamente al terror
psicológico y a la violencia. Estas autoridades olímpicas deberían darse cuenta
de ello al contemplar el cuadro de Francisco Goya de 1799. Lleva por título: «El sueño de la razón engendra monstruos».(3)
En la mitología, Saturno (o Kronos) es el hijo del dios de la
tierra Uranos, y de Gaia (el icono de la nueva religión climática) y dice sin
ambages que todo está superado y descompuesto por el tiempo, incluidas las
ideologías neopaganas. El apóstol Pablo ya describió las consecuencias suicidas
que resultan del desprecio de la razón abierta a Dios cuando se niegan el poder
eterno y la divinidad de Dios. «Por eso
Dios los entregó a la inmundicia por los deseos de sus corazones, de modo que
deshonraron sus cuerpos con sus propias acciones». (Rom 1,24).
La burla de la Última Cena por actores espiritualmente
desarraigados y mentalmente perturbados, sus instigadores y patrocinadores fue
un acto de terrorismo espiritual que se volvió contra sus autores. «La revolución es como Saturno, se come a
sus propios hijos y al final da a luz al despotismo con todas sus travesuras»,
fueron las últimas palabras de Pierre Verniaud, el líder de los girondinos en
el cadalso. Y los jacobinos, que llevaron al extremo la revuelta cultural
anticristiana, no tardaron en seguirles.
Nos
preocupan menos estas consideraciones histórico-filosóficas que la Palabra
rectora de Dios, que supera toda sabiduría humana e incluso da esperanza a los
descarriados: ellos pueden escapar de la prisión de su perversión y estupidez: «Dice Dios: No me complazco en la muerte del
pecador, sino en que se vuelva de su camino y viva». (Ez 33, 11).
28 de julio del año del Señor 2024.
NOTAS
(1) JACOBINOS
Del diccionario RAE
1
adjetivo
Dicho de una persona: Militante, durante la Revolución francesa, del partido republicano caracterizado por sus procedimientos radicales y su rigorismo moral. Usado también como sustantivo.
2.
adjetivo
Defensor exaltado de ideas revolucionarias y radicales. Aplicado a persona, usado también como sustantivo.
(2) WOKE
Del inglés, que traducido es “despierta”. Se denomina así a
un movimiento que, como un eco del mayo francés del ´68, busca un cambio en los
valores y la identidad de la sociedad occidental. Se trata de una ideología que
deriva del radicalismo de la izquierda norteamericana y que representa las
corrientes posmodernas del pensamiento, con una protesta no violenta y cultural, que
impulsa empoderar a grupos minoritarios, borrando toda tradición y buscando un
cambio, a veces en forma fanática y extremista. Puede sintetizarse en esto: “una
revolución epistemológica y política hacia todo aquello que conforma el legado
judeo-romano-griego-cristiano”.
(3) “EL SUEÑO DE LA RAZÓN ENGENDRA MONSTRUOS”
Es el título de un aguafuerte-agualina del pintor español, Francisco
de Goya, realizado en 1799, y cuyo resumen puede expresarse así: “cuando la razón se
adormece aparecen las visiones fantasmagóricas, las alucinaciones con seres
monstruosos salidos de la oscuridad”.
(*) EL TÍTULO QUE PRESENTA ESTA NOTA ESTÁ TOMADO DE LA SENTENCIA LATINA QUE DICE "MENTE SANA EN UN CUERPO SANO" que es la tradución de una paremia de origen clásico, presente en latín, de Juvenal y en griego antiguo. La educación griega de época clásica se basaba en esta divisa (cf. Platón) y el espíritu olímpico está sustentado en este lema.
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