Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

31 de diciembre de 2022

IN MEMORIAM +BENEDICTO XVI (1927-2022)


MANTÉNGANSE FIRMES EN LA FE CATÓLICA


En la Plaza de San Pedro durante el mensaje Urbi et Orbi del 9 de abril de 2012

Escribe el Papa Benedicto XVI en el final de su testamento espiritual, fechado el 29 de agosto de 2006:

 

DEL TESTAMENTO DE BENEDICTO XVI

 

“...Lo que antes dije a mis compatriotas, lo digo ahora a todos los que en la Iglesia han sido confiados a mi servicio:

 

 ¡Manténganse firmes en la fe!

 ¡No se dejen confundir! 

 

A menudo parece como si la ciencia -las ciencias naturales, por un lado, y la investigación histórica (especialmente la exégesis de la Sagrada Escritura), por otro- fuera capaz de ofrecer resultados irrefutables en desacuerdo con la fe católica. 

 

He vivido las transformaciones de las ciencias naturales desde hace mucho tiempo, y he visto cómo, por el contrario, las aparentes certezas contra la fe se han desvanecido, demostrando no ser ciencia, sino interpretaciones filosóficas que sólo parecen ser competencia de la ciencia. 

 

Desde hace sesenta años, acompaño el camino de la teología, especialmente de las ciencias bíblicas, y con la sucesión de las diferentes generaciones, he visto derrumbarse tesis que parecían inamovibles y resultar meras hipótesis: la generación liberal (Harnack, Jülicher, etc.), la generación existencialista (Bultmann, etc.), la generación marxista. 

 

He visto y veo cómo de la confusión de hipótesis ha surgido y vuelve a surgir lo razonable de la fe.

 

Jesucristo es verdaderamente el camino, la verdad y la vida, y la Iglesia, con todas sus insuficiencias, es verdaderamente su cuerpo...”

 

29 de diciembre de 2022

BENEDICTO XVI

 

Jueves 29 de diciembre del año del Señor 2022


“Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su Reino: proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella, arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar. 

Porque llegará el tiempo en que los hombres no soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros que les halaguen los oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas. 


Tú, en cambio, vigila atentamente, soporta todas las pruebas, realiza tu tarea como predicador del Evangelio, cumple a la perfección tu ministerio.


Yo ya estoy a punto de ser derramado como una libación, y el momento de mi partida se aproxima: he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera, conservé la fe.  Y ya está preparada para mí la corona de justicia, que el Señor, como justo Juez, me dará en ese Día”.


(2Tim.4,1-8)