Jueves 29 de diciembre del año del Señor 2022
“Yo te conjuro delante de Dios y de Cristo Jesús, que ha de
juzgar a los vivos y a los muertos, y en nombre de su Manifestación y de su
Reino: proclama la Palabra de Dios, insiste con ocasión o sin ella,
arguye, reprende, exhorta, con paciencia incansable y con afán de enseñar.
Porque llegará el tiempo en que los hombres no
soportarán más la sana doctrina; por el contrario, llevados por sus
inclinaciones, se procurarán una multitud de maestros que les halaguen los
oídos, y se apartarán de la verdad para escuchar cosas fantasiosas.
Tú, en cambio, vigila atentamente, soporta todas
las pruebas, realiza tu tarea como predicador del Evangelio, cumple a la
perfección tu ministerio.
Yo ya estoy a punto de ser derramado como una
libación, y el momento de mi partida se
aproxima: he peleado hasta el fin el buen combate, concluí mi carrera,
conservé la fe. Y ya está preparada para mí la corona de
justicia, que el Señor, como justo Juez, me dará en ese Día”.
(2Tim.4,1-8)
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