Su Excelencia Reverendísima
Monseñor Jorge Ignacio García Cuerva
ARZOBISPO ELECTO DE BUENOS AIRES
y PRIMADO DE LA ARGENTINA
26 DE MAYO DE
2023
Entre relámpagos y truenos de una mañana tormentosa, en la antevíspera de la Solemnidad de Pentecostés, se dio a conocer el nombramiento del Papa Francisco del nuevo arzobispo de la arquidiócesis de Buenos Aires, el actual obispo de Río Gallegos, monseñor Jorge Ignacio García Cuerva
Invocamos
a Dios, uno y trino, por su ministerio episcopal en la sede primada de la
Argentina, bajo la intercesión del santo
patrono de la ciudad, San Martín de Tours y bajo la maternal protección de
Santa María de los Buenos Aires.
Y
lo hacemos con la oración prescrita en el Misal Romano "por el Obispo", tan propicia para estos días
en que la Iglesia implora la venida del Espíritu Santo con sus sagrados dones:
Señor Dios,
que elegiste como sucesor de los Apóstoles
a tu hijo Jorge Ignacio para apacentar tu rebaño,
concédele el espíritu de consejo y de fortaleza,
de ciencia y de piedad,
para que, fiel a su misión pastoral, edifique tu Iglesia,
y sea signo e instrumento de salvación en el mundo.
VENI SANCTE SPIRITUS!
EL ESCUDO EPISCOPAL
DE MONSEÑOR GARCÍA CUERVA
El emblema episcopal del Obispo está formado
por cinco símbolos: la cruz, el báculo, la tierra, el techo de chapa y la
estrella.
La
cruz expresa el inmenso amor de Jesús que entrega su vida por todos los
hombres. En
la cruz de Cristo se renueva la fe en el Dios de la
Vida, que vence a la muerte con su resurrección, y que Jorge
quiere anunciar con entusiasmo y alegría.
El
báculo del pastor, que está unido a la cruz, expresa el deseo de Jorge de vivir unido a los
crucificados de hoy, acompañando sus sufrimientos, sus tristezas, sus
luchas y sus esperanzas. Vivir el ministerio episcopal con una opción
preferencial y evangélica por los más pobres; como nos recuerda el
documento de Aparecida, contemplar en ellos el rostro de Cristo que nos
llama a servirlo.
La
cruz y el báculo están metidos en la tierra, clavados en ella. Así se expresa el compromiso pastoral que Jorge quiere
asumir con la realidad concreta: ser en ella un discípulo misionero,
asumiendo sus desafíos y acompañando el caminar de la Iglesia. Su deseo es
echar raíces en la tierra que pisa, para que allí donde estén sus pies,
esté también su corazón de pastor.
Las
chapas refieren a las villas, a la realidad de la pobreza, a la experiencia vital de
Jorge en sus años de sacerdocio y en su camino vocacional, ya que en su
tarea pastoral como catequista en una villa fue donde experimentó el
llamado de Jesús a seguirlo. Bajo los techos de chapa, el calor y el frío
se sienten mucho más. Allí se escuchan hasta los más mínimos ruidos y se
distinguen todos los sonidos del barrio. Allí se adquiere una sensibilidad
particular, que Jorge quiere mantener en su corazón de pastor y
profundizar ahora en su ministerio episcopal.
La
estrella simboliza a la Virgen María, de la que Jorge es devoto bajo la advocación de Nuestra
Señora de Pompeya. Ella, como Madre, acompaña el momento de la cruz y
muerte de Jesús; también hoy acompaña las situaciones de cruz de todos sus
hijos. María ilumina nuestras vidas, especialmente nuestras noches oscuras
de dolor.
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