“Maiestas Domini” o Cristo en Majestad
Es una iconografía del cristianismo utilizada tanto en pintura como en escultura y mosaico,
que representa la figura de Cristo en actitud triunfante, como Juez y Rey,
y que posee un simbolismo con característica particulares. Se colocaban
en las iglesias abaciales, de catedrales y de parroquias, tanto rurales como
urbanas. Recibe también el nombre de Pantocrátor.
Especialmente en la Edad Media esta expresión artística en los templos
tenía una finalidad catequética y buscaba que los fieles se introdujeran en los
misterios que se celebraban en los templos. Ayudaba a comprender el carácter
consagrado que poseen estos lugares sagrados.
1. En
la escultura románica
Especialmente destacado
es la representación de Cristo Rey y Juez en los tímpanos de las puertas de
acceso de los templos románicos. Hay innumerables ejemplos de éstos en toda
Europa.
En las fotos
vemos al tímpano de la Catedral de Burgos (arriba) y el famoso Pórtico de la Gloria de
la Catedral de Santiago de Compostela (abajo)
La idea central
de colocar esta imagen a la puerta del templo es la de invitar a quien ingresa
a tomar conciencia que está entrando a un lugar consagrado, que es considerado
Casa de Dios y Puerta del Cielo, donde se celebran los misterios de la fe, como
un anticipo de la Jerusalén celestial
2. En
la pintura románica
En el arte románico,
con el término Pantocrátor se designa la imagen con que se representa al Redentor.
La figura, siempre mayestática, muestra a la persona divina en similar actitud:
con la mano diestra levantada para impartir la bendición
y teniendo en la izquierda los Evangelios o las Sagradas Escrituras. En ocasiones, se
representa sólo el busto; otras veces, la figura completa entronizada.
Se lo
pinta en el interior del templo, en las bóvedas de horno de los ábsides,
de manera que los fieles, al participar del Sacrificio Eucarístico, tienen ante
su mirada el altar y esta imagen.
En la foto se
observa el ábside de San Clemente de Tahull, en Cataluña.
3. En mosaico
bizantino
El arte bizantino es una expresión artística que se configura a
partir del siglo VI,
fuertemente enraizada en el mundo helenístico, como continuadora del arte
paleocristiano oriental. En sus primeros momentos, Bizancio
se consideró como el continuador natural, en los países del Mediterráneo oriental, del Imperio
romano, siendo transmisor de formas artísticas que influyen
poderosamente en la cultura occidental medieval.
Los períodos del arte bizantino se ajustan, como es frecuente, a las grandes
fases de su historia política. La policromía de sus mosaicos puede ser
admirada, aún hoy.
En la foto Cristo
Pantocrátor (Parte del Mosaico de la Deésis) El más famoso de los mosaicos
bizantinos (siglo XII)
de la Iglesia de la Sagrada Sabiduría (Hagia Sofia) conservado en Estambul
(antigua Constantinopla) y el Pantocrator de la Catedral de Cefalú.
En los manuscritos
y libros ilustrados de la Edad Media,
las miniaturas, palabra proveniente del Latín
miniare,[1]
eran pinturas
o dibujos
de figuras,
incluidas o no en escenas o composiciones, las cuales, en su caso,
representaban diversos temas propios de su etapa histórica, como los temas de
carácter sacro,
similares a los que llenaban los vitrales de las catedrales e iglesias en el arte románico
y en el primer arte gótico.
La figura de Jesucristo Rey aparece
en muchos de estos manuscritos iluminados, con hermosos fondos de oro y gran
colorido.
En la reproducción se observa un
códice del año 1220
5. En vitrales
Si bien en los vitrales góticos no
proliferó la imagen de Cristo Rey, hay una tendencia moderna a producirlos en
los templos contemporáneos.
Un buen ejemplo de ello es el que
muestra la foto, de la Catedral de Vitoria, recientemente fabricado.
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