Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

1 de octubre de 2019

BELÉN Y ROMA UNIDAS POR SAN JERÓNIMO


EL CENOTAFIO Y EL SARCÓFAGO
DE SAN JERÓNIMO


La vida de San Jerónimo, presbítero y Doctor de la Iglesia, está muy unida a Belén, donde vivió sus últimos 35 años.

Y las vueltas de la historia, que es maestra de vida, quiso que el lugar donde fue enterrado (en una gruta debajo de la Basílica de la Natividad en Belén) sea un lugar de gran devoción.

Sus restos mortales fueron llevados a Roma y se encuentran en otro lugar muy significativo de la historia de la arqueología eclesiástica: la Cripta de Belén en la Basílica papal de Santa María la Mayor.

Las fotos nos muestran estos dos lugares y la admirable conexión que implica la Eucaristía con Belén, la “casa del Pan”, lugar donde el Verbo nació en la carne, y en el que quiso morir San Jerónimo.



BELÉN

La gruta donde fue sepultado San Jerónimo en Belén (en la actualidad es un cenotafio)



En la misma gruta, la placa que recuerda su tumba que dice: “Aquí yace San Jerónimo, presbítero y Doctor de la Iglesia” y otra placa, enfrente de la anterior, que recuerda a los cuatro compañeros que erigieron los monasterios en Belén “Paula, Eustoquio, Paulina y Fabiola”







ROMA
Los restos mortales de San Jerónimo están en un sarcófago del altar de la llamada “Cripta de Belén” en la Basílica papal de Santa María la Mayor.



En este lugar, debajo del altar mayor de la Basílica, está el pesebre del Niño Dios. Estas reliquias de la cuna de Belén fueran enviadas por san Sofronio de Jerusalén, al Papa Teodoro I -642-649- ante las dificultades originadas por la invasión musulmana. Precisamente es en tiempos del Papa Teodoro, cuando la basílica se llamaba Sancta Maria ad Praesepe. Se unen así, la Eucaristía y Belén, de manera misteriosa y admirable, al presbítero Jerónimo.




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