BEATAE MARIAE VIRGINIS PILARENSIS

NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

Día de la Hispanidad

La imagen de la Virgen del Pilar que se venera en Zaragoza es la advocación mariana más antigua de la historia, De acuerdo con la tradición, el día 2 de enero del año 40, la Virgen María se apareció en carne mortal al apóstol Santiago y a un grupo de cristianos que se hallaban orando a orillas del río Ebro en Zaragoza. Ahí les manifestó su deseo de que se le diese culto para siempre en aquel lugar. Santiago y sus compañeros construyeron una capilla, siendo por tanto, el primer templo construido en honor de la Virgen María.

La Virgen del Pilar tiene un símbolo que la caracteriza y la sustenta: es su basamento granítico en forma de columna: es el PILAR, cuya etimología (latin="pila") nos remite al sacramento del BAUTISMO y modernamente a una fuente de energía.

Esta columna de jaspe, revestida en bronce, de 1.77 metros de alto y 25 cm. de diámetro es testigo inmemorial de esta mariofanía. La devoción popular la reviste de ricos mantos según el tiempo que se celebra.

La solidez de esta columna nos habla de una fe firme, como un vínculo entre el cielo y la tierra, donde María es la Medianera.

Y el inconmovible pilar nos evoca convicciones ciertas, que a lo largo de los siglos son el fundamento de la Hispanidad, un crisol de pueblos unidos por una misma fe y un maravilloso idioma. A pesar de las “leyendas negras” y los continuos embates a ese portento de civilización, como la columna del Pilar, su estabilidad es imbatible.

Integrar esa cosmovisión hispánica, de tanta riqueza en historia y valores, es un legítimo orgullo, en una sociedad globalizada por un pensamiento líquido y superficial, y una "dictadura del relativismo" que no comprende ni valora este legado admirable, cuyos orígenes se remontan a las orillas de las caudalosas aguas del Ebro.

BREVES VERSOS AL PILAR:

Esa columna, sobre la que posa

leve sus plantas tu pequeña imagen,

sube hasta el cielo

como puente y guía.

Cantan tus glorias las generaciones,

todas te llaman bienaventurada,

un pilar firme, junto al Ebro clama,

y al Señor implora.

Vuelve tus ojos misericordiosos,

cuida a tus hijos de la España grande,

tiende tu manto, donde nos ponemos

bajo tu amparo.

Beatae Mariae Virginis Pilarensis

Ora pro nobis!