UNOS VERSOS QUE EXPRESAN LA INQUIETUD ESPIRITUAL DE SAN
JOHN HENRY NEWMAN
La poesía “Lead, Kindly Light” muestra la profundidad del pensamiento de Newman antes de su abandono de la iglesia anglicana para entrar en la Iglesia católica.
La poesía “Lead, Kindly Light” muestra la profundidad del pensamiento de Newman antes de su abandono de la iglesia anglicana para entrar en la Iglesia católica.
Su afirmación “no
he pecado contra la Luz” expresa la distinción entre pecar por debilidad o ignorancia, a diferencia de la
obstinación y el rechazo de la Luz.
Son
versos contritos y esperanzados de esa firme e intrigante intuición de no haber
pecado contra la luz. La idea de la luz,
una Luz divina y amable, preside estos versos volcados hacia el futuro
—«¡llévame Tú!»— y opuestos a un pasado que se rechaza, un pasado donde el amor
propio «dominaba mi voluntad».
La canonización de Newman, como la de
cualquier otro bautizado, es el reconocimiento de la obra de Dios en un hermano
de camino. Es la declaración solemne de un modelo concreto a seguir, el triunfo
de la gracia en una historia de libertad, con sus luces y sus sombras.
Por eso lo que se ofrece como estímulo y ejemplo es la totalidad de la figura. Sin embargo, no cabe duda de que cada santo tiene sus rasgos característicos.
En el caso de Newman podría decirse que su originalidad consiste en lo que se ha dado en llamar la santidad de la inteligencia [1].
El cardenal inglés buscó siempre la verdad.
Y obró en consecuencia sin ahorrarse los
sufrimientos que eso suponía.
Entre múltiples ejemplos recordamos una frase que lo pinta de cuerpo entero. Lo encontramos varado en Sicilia, más precisamente en Leonforte, lejos de su hogar, más que enfermo, moribundo. Tiene 32 años. Su asistente lo ve tan desahuciado que le pregunta cuáles son sus últimas indicaciones. "Se las di, como quería; pero le dije «no moriré». Y repetí, «no moriré, porque no he pecado contra la luz, no he pecado contra la Luz». Nunca pude entender lo que quise decir". (esto último lo escribe con posterioridad en su libro “Apologia pro vita sua” (1865),
Estremece escuchar una confesión tan firme, surgida a su vez de una conciencia
tan aguda, para nada concesiva. Tanto más nos admira por cuanto el mismo Newman
reconoce el misterio que rodea el episodio. Por de pronto, es interesante
descubrir el reflejo de su espíritu en semejante situación límite.
No habló la razón discursiva, la que avanza por silogismos, sino la inteligencia, esa dimensión del espíritu cuya característica es la intuición.
Por otra parte, el hecho cobra sentido con el correr de los años. Como una profecía llegada desde el futuro, aquel "no he pecado contra la luz" irá desplegando paulatinamente su verdad. Finalmente, la sentencia también revela, incluso de modo inconsciente, el sentido de la misión que habitaba a Newman.
Quisiéramos decir tanto más. Sólo agregamos que no es autor fácil, al menos no para nuestro tiempo, pero con frecuencia nos sorprende con expresiones que llegan al alma, por la sencilla razón de que siempre puso en práctica lo que consignó como lema cardenalicio: cor ad cor loquitur - el corazón habla al corazón-. También por esto el cardenal inglés es una luz para todos los que buscan la Luz.
[1] J. Maritain escribió que "la
santidad de Santo Tomás es la santidad de la inteligencia".
(Tomado del blog MIGAJAS TEOLÓGICAS)
El título original que le puso el autor a esta sublime poesía es "The Pillar and
the Cloud" (“La columna de nube”) aludiendo al pasaje del Éxodo donde
se relata el paso del Pueblo elegido a través del Mar Rojo, cuando una columna
de nube los guiaba.
Dice el texto bíblico: “y la columna de nube se desplazó también de adelante hacia atrás, interponiéndose entre el campamento egipcio y el de Israel. La nube era tenebrosa para unos, mientras que para los otros iluminaba la noche, de manera que en toda la noche no pudieron acercarse los unos a los otros..” (Ex. 14, 20)
Dice el texto bíblico: “y la columna de nube se desplazó también de adelante hacia atrás, interponiéndose entre el campamento egipcio y el de Israel. La nube era tenebrosa para unos, mientras que para los otros iluminaba la noche, de manera que en toda la noche no pudieron acercarse los unos a los otros..” (Ex. 14, 20)
El Papa Francisco, en su homilía
del 13 de octubre de 2019, en la canonización de San J.H.Newman
dijo: “Pidamos ser ... 'luces
amables' en medio de la penumbra circundante. Jesús, 'quédate conmigo, y comenzaré a brillar como Tú brillas: para brillar y ser una luz para los
demás' ".
Lead, Kindly Light *
Lead, Kindly Light, amidst th'encircling
gloom,
Lead Thou me on!
The night is dark, and I am far from home,
Lead Thou me on!
Keep Thou my feet; I do not ask to see
The distant scene; one step enough for me.
Lead Thou me on!
The night is dark, and I am far from home,
Lead Thou me on!
Keep Thou my feet; I do not ask to see
The distant scene; one step enough for me.
I was not ever thus, nor prayed that Thou
Shouldst lead me on;
I loved to choose and see my path; but now
Lead Thou me on!
I loved the garish day, and, spite of fears,
Pride ruled my will. Remember not past years!
Shouldst lead me on;
I loved to choose and see my path; but now
Lead Thou me on!
I loved the garish day, and, spite of fears,
Pride ruled my will. Remember not past years!
So long Thy power hath blest me, sure it still
Will lead me on.
O'er moor and fen, o'er crag and torrent, till
The night is gone,
And with the morn those angel faces smile,
Which I have loved long since, and lost awhile!
Will lead me on.
O'er moor and fen, o'er crag and torrent, till
The night is gone,
And with the morn those angel faces smile,
Which I have loved long since, and lost awhile!
Meantime, along the narrow rugged path,
Thyself hast trod,
Lead, Saviour, lead me home in childlike faith,
Home to my God.
To rest forever after earthly strife
In the calm light of everlasting life.
Thyself hast trod,
Lead, Saviour, lead me home in childlike faith,
Home to my God.
To rest forever after earthly strife
In the calm light of everlasting life.
*Poema escrito en 1833, en el viaje en el que
su vida corrió serio peligro.
GUÍAME
TÚ, LUZ AMABLE
SAN
J H NEWMAN
Guíame, Luz Amable, entre tanta
tiniebla espesa,
¡llévame Tú!
Estoy lejos de casa, es noche
oscura y densa,
¡llévame Tú!
Guarda mis pasos;
no pido ver confines ni horizontes,
sólo un paso más me basta.
Yo antes no era así,
jamás pensé en que Tú me
llevaras.
Decidía,
escogía, agitado;
pero ahora,
¡llévame Tú!
y, aun temiendo,
sedujo mi alma el amor propio:
no guardes cuentas del pasado.
Si me has librado ahora con tu
amor,
es que tu Luz
me seguirá guiando
entre estepas, lodazales y zarzas,
hasta que la noche huya,
y
con el alba, estalle la sonrisa de los ángeles,
la que perdí,
la que anhelo desde siempre.
En el mar
16 de junio de 1833
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