Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

22 de febrero de 2021

EL VALOR DEL SILENCIO EN LA CUARESMA

 TIEMPO DE CUARESMA

La Iglesia invita a comenzar este tiempo litúrgico, iniciándolo con el conocido texto evangélico de ayer:

"... El Espíritu lo llevó al desierto, donde estuvo cuarenta días y fue tentado por Satanás.
Vivía entre las fieras, y los ángeles lo servían."
(Cfr. Mc.1,12-13)

El desierto tiene muchos significados espirituales. Abajo se transcribe un breve pasaje de un excelente libro que reflexiona sobre la importancia del silencio en un mundo dominado por la agitación, los negocios y las aficiones desordenadas -del latín: "afectio'-




EL VALOR DEL SILENCIO
FRENTE A LA DICTADURA DEL RUIDO

El desierto es el lugar del hambre, de la sed y de la lucha espiritual. Tiene una importancia vital retirarse al desierto para combatir la dictadura de un mundo repleto de ídolos y estragado de técnica y bienes materiales; un mundo controlado y manipulado por los medios; un mundo que huye de Dios refugiándose en el ruido.

Hay que ayudar a este mundo moderno a pasar por la experiencia del desierto. Allí tomamos distancia respecto a los acontecimientos cotidianos. Podemos huir del ruido y de la superficialidad. El desierto es el lugar del Absoluto, el lugar de la libertad.

No es fruto del azar que el monoteísmo haya nacido en el desierto. El desierto es monoteísta: nos protege de la multiplicidad de ídolos fabricados por hombres. En ese sentido, el desierto es el territorio de la gracia, en él, alejado de sus preocupaciones, encuentra el hombre a su creador y a su Dios.

Es imposible entrar en el misterio de Dios sin entrar en la soledad y el silencio de nuestro desierto interior.

Todos los profetas marcharon al desierto para encontrar a Dios. La experiencia de Dios es inseparable de la experiencia del desierto.

El desierto conduce al silencio y el silencio arrastra a la más honda intimidad de Dios.

Muchos de nuestros contemporáneos no son capaces de aceptar el silencio de Dios. No admiten que se pueda establecer una comunicación si no es por medio de palabras, gestos o acciones concretas y visibles. Sin embargo, Dios habla con su silencio.

El silencio de Dios es una palabra. Su Verbo es soledad.
La soledad de Dios no es una ausencia: es su propio ser, su silenciosa trascendencia.

del Cardenal Robert Sarah.
En su extraordinario libro: "La fuerza del silencio"
cuya primera edición es del año 2017


Escudo del Cardenal Sarah


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