La sublime y antiquísima antífona mariana,
TOTA PULCHRA,
en su brevedad y belleza,
nos anuncia la llegada del Redentor.
En la plenitud de los tiempos,
una Mujer dará a luz al Hijo de Dios.
Lo cantan los cuatro hermanos alemanes Gerstner,
que componen el conjunto musical HARPA DEI,
que se dedican con nobleza a la música sagrada.
En la armonía de la melodía gregoriana,
en la gran calidad de las voces
y en la impecable interpretación,
se exalta a quien nos dio al Autor de la Vida.
Estos jóvenes coreutas tienen como finalidad:
"contribuir a rescatar y crear sensibilidad
hacia la tradición musical de la Iglesia universal,
que –en términos del Concilio Vaticano II—
“constituye un tesoro de valor inestimable,
que sobresale entre las demás expresiones artísticas.” (Constitución
Sacrosanctum Concilium).
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