Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

15 de octubre de 2022

SANTA TERESA DE ÁVILA: UNA ANÉCDOTA

 'FÉMINA INQUIETA Y ANDARIEGA'



Así llamaba a santa Teresa de Ávila el nuncio de Roma en España, monseñor Filippo Sega (1577) ante la personalidad fuerte de la reformadora del Carmelo.

Eran tiempos de gran relajación en los conventos y la mundanidad campeaba en los religiosos. Los votos eran sólo una ceremonia. Y Roma, con un criterio de falsa prudencia, quería detener la potente obra apostólica que llevaba adelante la santa abulense.

UNA ANÉCDOTA DE ENTONCES:
"CUANDO EL PODER CIVIL ERA MÁS CATÓLICO QUE LA AUTORIDAD ECLESIÁSTICA"

Siendo Teresa priora del convento de Carmelitas de la Encarnación, un caballero muy galán de la más alta alcurnia frecuentaba en demasía a una monja en el locutorio, prendado de ella.

Lo supo Teresa y presentado el caballero, le indicaron que se tenía que marchar sin ver a «su carmelita». Airado por las continuas negativas, echó por la boca una riada de insultos y amenazas sobre la priora.

Jadeante y erizado él, toda serenidad ella, escuchó de madre Teresa que no quería verle más por allá. Si volvía «haría que el rey ordenara le cortasen la cabeza». ¡Toma ya con la amiga del rey Felipe II!

Marchó asustado el señor «y comenzó a echar voz entre todos los que solían ir al monasterio, diciendo que buscasen ya otros entretenimientos».

¡Cuánto te necesitamos, Teresa!

¡Menuda fémina ésta!

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