SAN
JUAN PABLO II, Papa
Su profunda veneración a la Sagrada Eucaristía, fuente y culmen de la vida de la Iglesia.
El cardenal Robert Sarah escribe:
“La
vida de Karol Wojtyla estuvo marcada por una profunda veneración
a la Eucaristía. Os invito a recordar que al final de su vida de
servicio total a la Iglesia, era hombre en un cuerpo atormentado por la
enfermedad, pero no aceptaba sentarse en presencia del Santísimo
Sacramento. Obligaba a su cuerpo roto a arrodillarse. Necesitaba la ayuda
de otros para doblar las rodillas, y levantarse otra vez”
Así lo vemos en la fotografía del último Corpus, que presidió en Roma en el año 2004 (antes de su muerte en 2005).
Así
lo relata el entonces ceremoniero pontificio, Konrad Krajewski, actual Cardenal y Limosnero Pontificio:
“Durante la última
celebración del Corpus Christi, presidida por el Papa, este ya no podía
caminar. El maestro de celebraciones y yo lo habíamos alzado con la silla sobre
la plataforma del coche, expresamente preparada para la procesión: delante del
Papa, sobre el reclinatorio, estaba puesto el ostensorio con el Santísimo
Sacramento. Durante la procesión, el Pontífice se dirigió
a mí en polaco, pidiendo poder arrodillarse. Me quedé
desconcertado, porque físicamente el Papa no estaba en condiciones de
hacerlo. Y varias veces repitió, casi gritando: “¡Quiero arrodillarme!" Lo
hicimos con gran dificultad, y prácticamente sujetándolo nosotros sobre el
reclinatorio. El Papa se aferraba al borde del reclinatorio y trataba de
sostenerse; pero las rodillas no lo soportaban”
Como si fuera su
testamento, el Papa San Juan Pablo II presentó su última Encíclica el Jueves
Santo de 2003. Y con sólo leer su título, entendemos hacia donde quiso enfocar
el centro de la atención de la Iglesia: “ECCLESIA
DE EUCHARISTIA VIVIT” (“La Iglesia vive de la Eucaristía”)
SANCTUS IOANNES PAULUS, PP II
Ora pro nobis!
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