Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

17 de julio de 2019

EL LIBRO DEL GÉNESIS EN LA LUNA


UNA NAVIDAD ORBITANDO LA LUNA


Fotografía de la Tierra desde el horizonte lunar, tomada desde la Apolo VIII en diciembre de 1968.

En el icónico año 1968, 
año de protestas y conflictos sociales muy agudos, 
que marcó un cambio de época,  
donde la moda era "prohibido prohibir",
y los intelectuales "adorados" eran Sartre y Beauvoir,
ocurrió un episodio poco conocido.
Fue en la Navidad de 1968:


Los tres astronautas de la Apolo 8 -los primeros hombres en viajar en una nave espacial fuera de la órbita terrestre- Lovell, Anders y Borman.


El programa espacial APOLO diseñado por la NASA para que el hombre llegara a pisar la Luna tuvo su momento excepcional con la APOLO XI el 20 de julio de 1969, cuando ello ocurrió.

Antes de ello, hubo varias misiones espaciales de exploración y ejercicios previos en el espacio. La APOLO VIII fue la primera misión tripulada que salió de la órbita terrestre y circunnavegó la Luna. Los astronautas, con la esfera lunar a la vista, dirigieron un mensaje el 24 de diciembre de 1968

Después de unas palabras acerca de la orografía selenita que contemplaban, dijeron:

“Estamos aproximándonos a la salida del sol en la Luna, y para todos los habitantes de la Tierra, la tripulación de la Apolo 8 tiene un mensaje que queremos enviar a cada uno”.

«En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, 
y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, 
y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Y vio Dios que la luz era buena; 
y separó Dios la luz de las tinieblas.»

Jim Lovell:

«Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. 

Y fue la tarde y la mañana un día.
Luego dijo Dios: 
Haya expansión en medio de las aguas, 
y separe las aguas de las aguas.
E hizo Dios la expansión, 
y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, 
de las aguas que estaban sobre la expansión. 
Y fue así.
Y llamó Dios a la expansión Cielos. 
Y fue la tarde y la mañana el día segundo.»

Frank Borman:

«Dijo también Dios: 

Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, 
y descúbrase lo seco. 
Y fue así.
Y llamó Dios a lo seco Tierra, 
y a la reunión de las aguas llamó Mares. 
Y vio Dios que era bueno.»

Borman añadió a continuación:

«Y desde la tripulación del Apolo 8, concluimos este mensaje con nuestro saludo: ¡Buenas noches!, ¡Feliz navidad!, y que Dios os bendiga a todos, a todos vosotros en la buena Tierra».

Alrededor de mil millones de personas oyeron esta salutación: la mayor audiencia televisiva hasta entonces. Por alguna razón, todo comenzó a verse desde una nueva perspectiva. Las venerables y antiguas palabras del Génesis, describiendo la bondad del mundo en su Creación original resonaron en el espacio. Aquel momento cautivó la imaginación de poetas, periodistas y autores durante años.

Un telegrama anónimo a los astronautas después de la misión decía: «Gracias, Apolo 8. Ustedes salvaron a 1968».


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