Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

26 de mayo de 2020

ANTE UNA ECOSOFÍA TRANSHUMANA Y PANTEÍSTA ABSOLUTISTA



DON DEL ESPÍRITU SANTO:
LA  CIENCIA,
gozo de saberse
"artesanía de Dios"

Importancia de invocar este don infuso 
en tiempos de una ecosofía transhumana y panteísta que todo lo quiere dominar





Ávido de conocer los preceptos del Señor se muestra el salmista cuando exclama:

“Tus manos me hicieron y me plasmaron;
instrúyeme para que aprenda tus mandamientos” 
(Salmo 119)

La primera y más elemental de las verdades que el Espíritu Santo concede al hombre, como máxima que debe orientar y dirigir sus juicios y acciones, es el reconocimiento de su condición creatural: “Ipse fecit nos, et ipsíus sumus”; “Él nos creó, somos suyos” (Salmo 100)

Mediante el don de ciencia quiere el Paráclito que todo en nuestra vida se juzgue a la luz de esta verdad fundamental: somos creaturas de Dios y a Él pertenecemos.

Solo esta ciencia, decía San Gregorio Magno, supera el ayuno de la ignorancia.

Como enseñaba san Juan Pablo II,

  “…el hombre contemporáneo, precisamente en virtud del desarrollo de las ciencias, está expuesto de modo particular a la tentación de dar una interpretación naturalista del mundo; ante la multiforme riqueza de las cosas, de su complejidad, variedad y belleza, corre el riesgo de absolutizarlas y casi de divinizarlas hasta hacer de ellas el fin supremo de su misma vida…

  Para resistir a esa tentación sutil y para remediar las consecuencias nefastas a las que puede llevar, he aquí que el Espíritu Santo socorre al hombre con el don de la CIENCIA. Es ésta la que ayuda a valorar rectamente las cosas en su dependencia esencial del Creador.

  Gracias a este don de lo Alto –como escribe Santo Tomás- el hombre no estima las creaturas más de lo que valen y no pone en ellas, sino en Dios, el fin de su propia vida” (Meditación dominical, 23-4-1989).

Entre los efectos salutíferos del don de la CIENCIA, encontramos:

ü Facilidad para descubrir la huella divina en todas las obras del universo;

ü ímpetu del corazón para dar alabanza y gloria al Creador;

ü profunda humildad y deseo de contemplación de las obras de Dios;

ü conciencia de nuestro estado de viadores en este mundo;

ü gozo de saberse artesanía de Dios y no simple producto de energías cósmicas.

En estos tiempos donde se absolutiza una ecosofía transhumana revestida de pseudociencia panteísta, urge implorar del cielo la sublime CIENCIA DEL ESPÍRITU SANTO.

VENI SANCTE SPIRITUS!

Da nobis tua munera:

+SAPIENTIA
+INTELLECTUS
+CONSILIUM
+FORTITUDO
+SCIENTIA
+PIETAS
+TIMOR DOMINI




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