Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

17 de mayo de 2020

TU EST PETRUS: CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE KAROL WOJTYLA


SAN JUAN PABLO II
Un dignísimo Sucesor de San Pedro



El 18 de mayo de 1920 nacía en Wadowice, Polonia, Karol WoJtyla, hace 100 años.

Polonia se ha caracterizado -en su historia como nación- por ser SEMPER FIDELIS. A comienzos del siglo XX eran tiempos de austeridad y de una fe firme. Y este dilecto hijo de esa tierra fue un fruto precioso de la patria polaca.

Todos conocemos su historia, marcada por el esfuerzo, la contrariedad y las vicisitudes de la historia del siglo XX. Fue un testigo y protagonista principal de la historia del siglo pasado.

Justamente en Polonia, y en su época de joven, se instalaron dos sistemas ideológicos perversos. EL COMUNISMO Y EL NAZISMO, ambos esencialmente ateos.

Fue obrero en una cantera y seminarista clandestino. Como dice Benedicto XVI en su carta de hace unos pocos días al Cardenal Stanislaw Dziwisz, estudió con viejos libros de Filosofía y Teología, en la perenne luz de la escolástica tomista. Ordenado sacerdote fue un gran asesor de grupos universitarios en Cracovia y profesor de Teología Moral. Luego fue obispo auxiliar, y finalmente titular de Cracovia.

Su pontificado es el tercero más extenso de la historia: casi 27 años 1978-2005 (luego de Pio X y San Pedro)

Juan Pablo II es sucesor de una serie de Papas admirables, cada cual con su estilo, desde el tiempo de San Pío X.

Su ministerio petrino fue brújula segura en el camino de la Iglesia. Tenía muy claro que la misión del sucesor de Pedro es ser principio perpetuo y fundamento visible de la unidad de fe de la Iglesia



UNA BREVE SEMBLANZA




SAN JUAN PABLO II (1920-2005)

   1. Su piedad eucarística y mariana
   2. Su amor a la Patria y a sus tradiciones
   3. Su amor a la Iglesia
   4. Protagonista principal del siglo XX
   5. Providencial para la Argentina
   6. Su Magisterio y sus líneas pastorales.

COROLARIO


Dos citas de la Carta del Papa Emérito Benedicto XVI al conmemorarse el centenario del nacimiento de Karol Woityla


Algunos puntos de su vida y ministerio sagrado:




En el Corpus de 2004, en Roma, en el ocaso de su vida. Quiso acompañar a Cristo Eucaristía en toda la procesión desde San Juan de Letrán a Santa María la Mayor. Y se arrodilló, con una enorme dificultad física, ante la  Sagrada Presencia.



   1. Una piedad eucarística y mariana que sobresalía en su vida.

-         Pasaba largo tiempo en su Capilla del Palacio Apostólico, muchas veces se lo vio postrado ante el Sagrario. Y llevaba la documentación importante para considerarla ante el Señor Eucarístico.

-         Su lema episcopal TOTUS TUUS EGO SUM VIRGO MARIAE tomado de San Alfonso María de Ligorio. El atentado que sufriera en una Plaza de San Pedro multitudinaria, el 13 de mayo de 1981, lo dejó agonizante. Su desenlace lo atribuyó a la maternal intercesión de Nuestra Señora de Fátima. Visitó todos los santuarios marianos importantes del mundo.


 


    2. Su amor a la Patria y a sus tradiciones

Inolvidable es su gesto en los 104 viajes internacionales que realizaba, al llegar a cada lugar, para besar su suelo, que lo pinta de cuerpo entero. Contrasta seriamente con la lógica globalista sin historia que hoy se busca imponer.




    3.  Su amor a la Iglesia.

Que fue un elemento permanente de su magno Magisterio, laboriosamente preparando por su ghost writer, el Cardenal Joseph Ratzinger, a partir de sus indicaciones precisas. 14 Encíclicas, 15 Exhortaciones apostólicas, 11 Constituciones apostólicas y 45 Cartas apostólicas.

Y ello queda patente en la publicación del nuevo CODIGO DE DERECHO CANÓNICO y en el CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, dos obras principalísimas para estos tiempos.

Visitó 317 parroquias romanas como Obispo de esa Diócesis. E hizo 146 visitas a diócesis y parroquias de Italia.

Convocó al Jubileo Universal del 2000. Así como el Año Santo de la Redención ("Aperite portas Redemptori", 1983), el Año Mariano y el Año Eucarístico.

Convocó a 15 Asambleas Sinodales y a la Jornada Mundial de la Juventud, cuyo primer encuentro fue en Buenos Aires, con una multitud de fieles que nunca se vio en la urbe porteña.

Realizó 1160 Audiencias Generales multitudinarias, con ciclos de temas inolvidables como LA TEOLOGÍA DEL CUERPO, LA VIRGEN MARÍA... Recuperó con esta convocatoria el tradicional oficio del Obispo pedagogo.




-         Convocó a 7 Ordinarios y 8 Extraordinarios

-   1978 EL CATECISMO EN NUESTRO TIEMPO (CATHEQUESI TRADENDAE)

-       1980 LA FAMILIA CRISTIANA (FAMILIARIS CONSORTIO)

- 1983 LA PENITENCIA Y EL PERDÓN EN LA IGLESIA (RECONCILIATIO ET PENITENTIAE)

-  1987 LA VOCACIÓN Y MISIÓN DE LOS LAICOS EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO (CHRISTIFIDELES LAICI)

- 1990 LA FORMACIÓN DE LOS SACERDOTES EN LA ACTUALIDAD (PASTORE DABO VOBIS)

-      1994 LA VIDA CONSAGRADA Y SU MISIÓN EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO (VITA CONSACRATA)

-   2001 EL OBISPO, SERVIDOR DEL EVANGELIO (PASTORES GREGIS)

-     2005 LA EUCARISTÍA: FUENTE Y CULMEN DE LA VIDA DE LA IGLESIA ( el último Sínodo ordinario que convocó)


   4. Fue el gran protagonista del siglo XX

La caída del muro de Berlín y de la cortina de hierro, con el derrumbe del estado soviético son episodios principales en la historia de su vida. Sólo ver sus funerales del 8 de abril de 2005 en la Plaza de San Pedro desbordante de fieles, con 75 jefes de Estado, hablan de su protagonismo indudable.



   5. Providencial para la Argentina:

Todos recordamos a su legado, el cardenal Antonio Samoré en el litigioso conflicto con Chile, y su venida en 1982 (al concluir la Guerra de Malvinas)

Su viaje pastoral de 1987 a nuestro país fue muy intenso: del 6 al 12 de abril visitó diez ciudades: Buenos Aires, Bahía Blanca, Viedma, Mendoza, Córdoba, Tucumán, Salta, Corrientes, Paraná y Rosario, con un mensaje específico para cada una de ellas.




  6.  Su magisterio y sus líneas pastorales: Herencia espiritual de una magnitud superlativa.



Es impresionante recorrer su labor magisterial en documentos escritos, homilías, discursos, cartas, oraciones y alocuciones, como en cada Angelus.

La enunciación de alguno de sus documentos nos muestra esa envergadura:

El tríptico referido a la Trinidad, un misterio al que siempre recurría

REDEMPTOR HOMINIS  (1979)
DIVES IN MISERICORDIA (1980)
DOMINUM ET VIVIFICANTEM (1986)

Su referencia a la Eucaristía, los Sacramentos y la Liturgia

ECCLESIA DE EUCHARISTÍA VIVIT (2003) última
DIES DOMINI

La Doctrina Social

LABOREM EXCERCENS (1981)
CENTESIMUS ANNUS  (1991)
SOLLICITUDO  REI SOCIALIS (1987)
EVANGELIUM VITAE (1995)

Santísima Virgen y San José

REDEMPTORIS MATER (1987)
REDEMPTORIS CUSTOS (1989)

La inteligencia de la fe

FIDES ET RATIO (1998)
VERITATIS SPLENDOR (1993)


COROLARIO




Unos párrafos de la carta de hace unos días que escribió el Papa emérito Benedicto XVI. Lo recuerda así:

Cuando el cardenal Wojtyla fue elegido sucesor de San Pedro el 16 de octubre de 1978, la Iglesia estaba en una situación desesperada. Las deliberaciones del Concilio se presentaban al público como una disputa sobre la fe misma, lo que parecía privarla de su certeza indudable e inviolable.

Una tarea que superaba las fuerzas humanas esperaba al nuevo Papa. Sin embargo, desde el primer momento, Juan Pablo II despertó un nuevo entusiasmo por Cristo y su Iglesia. Primero lo hizo con el grito del sermón al comienzo de su pontificado: «¡No tengan miedo! ¡Abran, sí, abran de par en par las puertas a Cristo!» Este tono finalmente determinó todo su pontificado.

Durante los casi 2.000 años de historia del papado, el título «Magno» sólo prevaleció para dos papas: León I (440-461) y Gregorio I (590-604). La palabra «magno» tiene una connotación política en ambos, en la medida en que algo del misterio de Dios mismo se hace visible a través de la actuación política. A través del diálogo, León Magno logró convencer a Atila, el Príncipe de los Hunos, para que perdonara a Roma, la ciudad de los príncipes de los apóstoles Pedro y Pablo. Desarmado, sin poder militar o político, sino por el solo poder de la convicción por su fe, logró convencer al temido tirano para que perdonara a Roma. El espíritu demostró ser más fuerte en la lucha entre espíritu y poder.
El Papa Gregorio I también logró proteger a Roma contra los lombardos, de nuevo al oponerse el espíritu al poder y alcanzar la victoria del espíritu.
Si comparamos la historia de los dos Papas con la de Juan Pablo II, su similitud es evidente. Juan Pablo II tampoco tenía poder militar o político. 

Durante las deliberaciones sobre la forma futura de Europa y Alemania, en febrero de 1945, se observó que la opinión del Papa también debía tenerse en cuenta. Entonces Stalin preguntó: «¿Cuántas divisiones tiene el Papa?». 

Es claro que el Papa no tiene divisiones a su disposición. Pero el poder de la fe resultó ser un poder que finalmente derrocó el sistema de poder soviético en 1989 y permitió un nuevo comienzo. Es indiscutible que la fe del Papa fue un elemento esencial en el derrumbe del poder comunista. Así que la grandeza evidente en León I y Gregorio I es ciertamente visible también en Juan Pablo II.
Y concluye el Papa emérito su carta con estas palabras:

Es muy cierto que el poder y la bondad de Dios se hicieron visibles para todos nosotros en Juan Pablo II. En un momento en que la Iglesia sufre nuevamente la aflicción del mal, este es para nosotros un signo de esperanza y de confianza de la Divina Providencia.


SANCTUS IOANNES PAULUS PP II

Ora pro Ecclesiae!







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