JUEVES SANTO
IN COENA DOMINI
De un canto
litúrgico popular, escrito por quien fuera primer Obispo de Mar del Plata,
Monseñor Enrique Rau:
En la postrera Cena,
antes de su Pasión
dijo el Señor las frases
de la Consagración
Tomad, esto es Mi Cuerpo
esta Mi Sangre es
que por el mundo entrego,
Misterio de la Fe.
Después hacia el Calvario
para morir marchó
y en una Cruz clavado
Su Sangre derramó.
Hoc facite in meam commemorationem
(“Hagan esto en memoria Mía”)
Mysterium fidei
Mysterium tremendum
Mysterium fascinans
En este día, confesamos
nuestra fe
en la Sagrada
Eucaristía,
que renueva
sacramentalmente el sacrificio de la Cruz
y nos convida al
banquete pascual de la vida eterna.
Creemos
que la Santa Misa
que es celebrada por el sacerdote
representando la persona de Cristo,
en virtud de la potestad recibida por el sacramento del Orden,
y que es ofrecida por él en nombre de Cristo
y de los miembros de su Cuerpo místico,
es
realmente el sacrificio del Calvario,
que se hace sacramentalmente presente en nuestros altares.
Creemos que, como el
pan y el vino
consagrados por el Señor en la última Cena
se convirtieron en su Cuerpo y su Sangre,
que enseguida iban a ser ofrecidos por nosotros en la Cruz,
así también el pan y el vino consagrados por el sacerdote
se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo,
sentado gloriosamente en los cielos;
y creemos que la presencia misteriosa del Señor
bajo la apariencia de aquellas cosas,
-que continúan apareciendo a nuestros sentidos
de la misma manera que antes-
es verdadera, real y sustancial.
(Credo del Pueblo de Dios, n.24, San Pablo VI)
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