Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

5 de abril de 2021

EN LA PASCUA DE RESURRECCIÓN DE 1931

ACCIÓN CATÓLICA ARGENTINA 

Una historia providencial en la vida de la Iglesia en Argentina



El 5 de abril de 1931 el Episcopado argentino, mediante una Carta Pastoral colectiva, fundaba la Acción Católica Argentina, institución de laicos que alcanzó una presencia orgánica admirable en todo el país. Era el día de Pascua de resurrección de ese año...

 

Hoy rendimos homenaje agradecido especialmente a quien se reconoce como padre y fundador de la ACA, el entonces joven presbitero Antonio Caggiano, que recibió con entusiasmo el mandato del papa Pio XI e incansablemente trabajó para la conformación de sus cuatro ramas en toda la Argentina, que fueron una presencia rotunda de la Iglesia en las realidades temporales.


Se tenían muy claros los puntos identitarios que configuraron la ACA: una sólida formación, una profunda espiritualidad y una vigorosa mística apostólica, desde la fe católica conocida y vivida.


En cada parroquia, la presencia de los Círculos MAC y AJAC y de los Centros HAC y JAC, con sus Juntas, (numerosísimos en toda la geografía de la Patria) mostraban la impronta evangelizadora de los laicos, con un programa vertebrado desde la fe, sin ambages ni eufemismos, y con el mandato explícito de la jerarquía de la Iglesia.

Esa mística estaba centrada en el lema fundacional con el que recibía cada integrante el distintivo de la ACA el día de su oficialización: "recuerda que es tu deber trabajar por la Paz de Cristo en el Reino de Cristo".


Y con esa clara convicción de la necesidad de la excelencia formativa, surgieron de las filas de esa incipiente Acción Catolica, miles de vocaciones sacerdotales y religiosas, matrimonios y familias cristianas, dirigentes en todos los ámbitos de la sociedad argentina (empresas, sindicatos, política, sociedades intermedias...) docentes, profesionales y trabajadores en toda la amplia gama de actividades humanas. Lo constatamos con asombro, y vemos en ello la mano providencial del Señor. Emocionaba llegar a los lugares más remotos del país, y en recónditas capillas se encontraba un lábaro de la ACA y nos saludaba un/a joven o un/a anciano/a con la consigna tradicional: ¡ALABADO SEA JESUCRISTO!

El inolvidable Congreso Eucarístico internacional en Buenos Aires en 1934 fue una expresión patente de esa presencia católica clara y vigorosa. Así como la creación de muchas instituciones eclesiales que nacieron de la propia ACA, como el Movimiento Familiar Cristiano, los Cursillos de Cristiandad, la Universidad Católica Argentina, los Cursos de Cultura Catolica, la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa, el Partido Demócrata Cristiano, la Liga de Madres y Padres de familia...

Al recordar estas nueve décadas de vida, nos acercamos espiritualmente hasta la tumba del Cardenal Caggiano (que se halla en el altar de la capilla lateral del Sagrado Corazón en la Catedral porteña) y rezamos el Regina Caeli, encomendado a la Reina de la AC el futuro de esta querida institución que tanto bien y tantos frutos de santidad ha dado a la Iglesia y a la Argentina.

 






Y agradecemos a Dios el testimonio de palabra y de vida de tantos obispos, párrocos, asesores y dirigentes laicos que nos enseñaron a amar a Cristo y a su Iglesia con sabiduría y desde la firmeza de la fe.

 

¡AsJ!

 



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