EL ICONO DEL BAUTISMO DEL SEÑOR EN EL JORDÁN
Una magnífica reflexión del Papa teólogo
"El icono del Bautismo de Jesús muestra el agua como un
sepulcro líquido que tiene la forma de una cueva oscura, que a su vez es la
representación iconográfica del Hades, el inframundo, el infierno. El descenso
de Jesús a este sepulcro líquido, a este infierno que le envuelve por completo,
es la representación del descenso al infierno: "Sumergido en el agua, ha
vencido al poderoso" (cf. Lc 11, 22), dice Cirilo de Jerusalén. Juan Crisóstomo escribe: "La entrada y la salida del agua
son representación del descenso al infierno y de la resurrección".
"Es el descenso a la casa del mal,
la lucha con el poderoso que tiene prisionero al hombre (y ¡cómo es cierto que
todos somos prisioneros de los poderes sin nombre que nos manipulan!). Este
poderoso, invencible con las meras fuerzas de la historia universal, es vencido
y subyugado por el más poderoso que, siendo de la misma naturaleza de Dios,
puede asumir toda la culpa del mundo sufriéndola hasta el fondo, sin dejar nada
al descender en la identidad de quienes han caído. Esta lucha es la
"vuelta" del ser, que produce una nueva calidad del ser, prepara un
nuevo cielo y una nueva tierra. El sacramento –el Bautismo- aparece así como una
participación en la lucha transformadora del mundo emprendida por Jesús en el
cambio de vida que se ha producido en su descenso y ascenso”.
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