EL VENENO MORTAL QUE
PARALIZA A LA IGLESIA
De una importante
homilía pronunciada por el Prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina
de la Fe, cardenal Gerhard Müller, el pasado 1° de enero de 2020 en el
Encuentro de Jóvenes Católicos Universitarios Estadounidenses, celebrado en Phoenix,
Arizona.
El Prefecto Emérito de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, Cardenal Gerhard Müller, se refirió a
cuál es el "veneno mortal" que
paraliza la Iglesia y propuso un antídoto eficaz para combatirlo.
La denuncia del Cardenal fue
hecha durante una Misa que él presidió durante un importante Encuentro que
reunió a miles de jóvenes católicos en Phoenix, Estados Unidos:
"No podemos escapar del
veneno mortal de la serpiente si nos tornamos amigos de ella. Sólo si
mantenemos prudentemente la distancia y tenemos el antídoto listo en la
mano", afirmó el Cardenal Gerhard Müller.
¿Cuál es el veneno?
Para el Purpurado, "el
veneno que paraliza la Iglesia es la opinión según la cual debemos adaptarnos
al Zeitgeist, (1) el espíritu de la época, para relativizar los mandamientos de
Dios y reinterpretar la doctrina de la fe”.
Las palabras del Cardenal fueron
dichas en la homilía de la Misa que él presidió el pasado 1º de enero,
Solemnidad de María Madre de Dios, durante el encuentro de jóvenes líderes
católicos de la “Fraternidad de Estudiantes Católicos Universitarios” (FOCUS),
realizado en la ciudad de Phoenix, en el estado americano de Arizona.
¿Cuál es el antídoto
para ese mal?
“El antídoto contra la
secularización de la Iglesia es la verdad del Evangelio, es vivir la fe en el
Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí”,
afirmó el Cardenal alemán, hasta hace poco tiempo, Prefecto de la Congregación
para la Doctrina de la Fe.
Religión Civil
Mons. Müller subrayó que hoy
el deseo de muchos es alcanzar una especie de “religión civil” o secular manipulando
inclusive algunos elementos de la Iglesia, denunció: “No consideran que la fe revelada
sea verdad, pero gustarían de usarla como material para construir su nueva
religión de unidad mundial. Para ser admitido en esa meta-religión
internacional, el precio que la Iglesia tendría que pagar es renunciar a su
defensa de la verdad”.
Relativismo que garantiza la “paz”
entre religiones La Iglesia tendría que “renunciar a su defensa de la verdad”,
pero eso, dijo el Cardenal, “no parece ser un problema, una vez que el
relativismo dominante en nuestro mundo rechaza la idea de que realmente podemos
conocer la verdad y se presenta como garante de la paz entre las religiones y
las posturas”.
Catolicismo sin
dogmas, sin sacramentos, sin un magisterio infalible…
Además, Müller lamentó que
existan algunos que desean “un catolicismo sin dogmas, sin sacramentos y sin un
magisterio infalible”. Entretanto, “Jesús no puede ser superado por el cambio
de épocas, porque la eternidad de Dios abarca todas las eras de la historia y
la biografía de toda persona humana”. “Hoy, la frase mágica del tentador es la
‘modernización necesaria’”, continuó el Cardenal.
“Consecuentemente, quien se
oponga a esa ideología será combatido como enemigo y será acusado de ser
alguien tradicional”, afirmó el Prefecto Emérito.
Una lógica perversa
Como ejemplo de esa “lógica
perversa”, el Cardenal se refirió a la “protección de la vida humana desde la
concepción hasta la muerte natural, que es desacreditada al catalogarla como
una posición política conservadora o de derecha, mientras el asesinato del no
nacido inocente, el aborto, es considerado como un derecho humano y, por tanto,
como algo progresista”.
La Iglesia está
sobrepasada en el tiempo.
¿Eso es verdad? El Cardenal
Müller además alertó en su homilía sobre el hecho de que algunos buscan
manipular la fe, cuando “muchos cristianos están ansiosos y
preocupados” y se preguntan si “el cristianismo todavía se encaja en nuestro
tiempo”. “Para algunos, la Iglesia Católica quedó para atrás 200 años en
comparación con el lugar donde el mundo está hoy. ¿Existe alguna verdad en esa
acusación?”.
El Prefecto Emérito mostró que
“la
crisis en la Iglesia fue provocada por el hombre y surgió porque nos adaptamos
confortablemente al espíritu de la vida sin Dios. Por eso, en nuestros
corazones, muchas cosas no están redimidas y anhelan una gratificación
sustituta”.
Creer, esperar, amar,
camino de la felicidad
Entretanto, continuó, “quien
cree, no precisa de ideología; quien espera, no busca drogas; quien ama, no va
atrás de la lujuria del mundo que pasa junto con él. Quien ama a Dios y al
prójimo encuentra la felicidad en la entrega de sí mismo”.
Después de destacar que “la
Iglesia camina con los tiempos en los cambios sociales”, el Purpurado
alemán recordó que “la fe y la razón son compatibles” y que con ambas podemos
llegar a la luz de la verdad para entender el sentido de la vida.
Finalmente, el Cardenal
enfatizó que “la Iglesia sabe que estamos perdidos sin el Evangelio de Cristo”.
Contenido publicado en es.gaudiumpress.org, en el enlace
https://es.gaudiumpress.org/content/106932-Existe-un--veneno-mortal--que-paraliza-la-Iglesia--dice-Cardenal-Muller-#ixzz6B1QxMySK
(1) Esta expresión alemana se refiere al clima intelectual y cultural de una época. Es el paralelo en latín de “genius seculi” -el espíritu del siglo-.
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