SANTO TOMÁS DE AQUINO
(1224-1274)
Hoy, 28 de enero, la
Iglesia recuerda a este santo dominico,
a
quien tituló Doctor Angélico,
Doctor
común y Doctor de la humanidad
por la
envergadura de su labor escolástica,
que
alcanzó cotas insuperables.
La
obra escrita de Tomás de Aquino es inmensa: teniendo en cuenta que murió a los
cuarenta y nueve años.
Y considerando que en esos pocos años de vida
llegó a recorrer unos 10 000 kilómetros en viajes a pie,
se
comprende que su trabajo filosófico y teológico sea calificado como una hazaña
inigualable.
De
la multitud de las referencias
del
magisterio de los Papas desde el siglo XIII hasta la actualidad,
San Pío X decía:
“Alejarse de Santo Tomás no va jamás sin grave peligro”
“Alejarse de Santo Tomás no va jamás sin grave peligro”
San Pablo VI escribió:
"Sabemos
que hoy día no todos están de acuerdo en esto. Pero no se nos oculta que muchas
veces el recelo o aversión que se siente hacia Santo Tomás deriva de un
contacto superficial y saltuario con su doctrina, más aún, del hecho de
que no se leen ni se estudian sus obras. Por eso, también
nosotros, como hizo Pío XI, recomendamos a todos los que deseen formarse un
criterio maduro acerca de la postura que hay que adoptar en esta materia: ¡
Id a Tomás ! Buscad y leed las obras de Santo Tomás -
repetimos con gusto - no sólo para encontrar alimento espiritual seguro en
aquellos opulentos tesoros, sino también y ante todo, para daros cuenta
personalmente de la incomparable profundidad, riqueza e importancia de la
doctrina que contienen".
(Carta
"Lumen Ecclesiae")
El filósofo español Jaime Nubiola
recomienda leer, al menos, un artículo de la Suma Teológica por día (¡son
2669!) y expresa:
“Tomás de Aquino enseña a pensar
y, además, enseña a vivir:
a vivir delante de Dios y delante de
nuestros contemporáneos.
Por eso es de una extraordinaria
actualidad”.
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