Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

14 de abril de 2020

LA REALIDAD DE LA MUERTE HUMANA Y SU VICTORIA SOBRE ELLA


La prueba más rotunda y cabal de la divinidad de Jesús
es su resurrección.

“Dios lo resucitó,
librándolo de las ataduras de la muerte”
(Hch. 2, 24)




Esta frase del apóstol Pedro se refiere al estado post-mortem.
Muchas veces estamos inquietos ante la realidad de la muerte física,
la muerte “desde el más acá”,
como si una vez que morimos entráramos en una especie
de sueño placentero o región difusa, sin preocupaciones, donde todo se acabó…

La resurrección de Cristo es victoria tras lo que viene después de la muerte.

Por eso quien está con Cristo no debe temer a la muerte,  
ni después de ella, ni a su venida.

Que tengamos una “buena muerte”,
no en el sentido de no tener una enfermedad o sufrimientos,
sino de morir con Cristo, desde Él.

Que nuestro último suspiro aquí en la tierra 
sea el comienzo del abrazo del Padre desde el cielo.

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