LA
ESPERANZA MACARENA
La Semana Santa de Sevilla
es un patrimonio universal de la humanidad.
Caló allí muy hondo la fe católica
en expresiones sublimes de piedad y devoción.
Aquí un breve texto del Padre Ramón Cué (el autor del famoso
“Mi Cristo Roto”) expresa muy bien esa idiosincracia tan de fe y tan española,
en referencia a la Virgen que venera toda Sevilla en su barrio de La Macarena
La Virgen lloraba inconsolable
la Pasión de su hijo, Jesucristo. Las lágrimas no dejaban de salir de sus ojos
cuajados. Y ella estaba así, con su pañuelo blanco en sus manos, y su boca
entreabierta llorando y llorando.
Era la Virgen de los Dolores. La que llora en todas las iglesias del mundo.
Y Sevilla la vio, y le dolió el alma, y se le saltaron las lágrimas, y la quiso consolar.
Se acercó a Ella, la miró, y viéndola llorar tan bonita, por consolarla le echó un piropo; un piropo con lágrimas:
“¡Olé, las mujeres bonitas!”
Y la Virgen, al oírlo, levantó los ojos y sonrió. ¡Y apareció la Macarena! La única Virgen que llora y que ríe al mismo tiempo. La que llora por su Hijo, y la que sonríe por el piropo amoroso de Sevilla.
¡Qué bonita está la Macarena cuando llora! ¡Qué dolorida está la Macarena cuando ríe!
Y éste es el misterio de su atracción. ¿Por qué es más bonita, porque llora o porque ríe?
¡Porque llora y ríe al mismo tiempo!
P. Ramón Cué
La
Virgen Esperanza Macarena, (Sevilla, Pedro Roldan, 1680)
el Santísimo Cristo de la Expiración (El Cachorro), (Sevilla, Francisco
Antonio Gijón, 1682).
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