Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

26 de abril de 2019

UN TINKUNACO EN LA RIOJA


EL TINKUNACO:
LA CELEBRACIÓN DEL “ENCUENTRO” EN LA RIOJA

La rica historia que posee La Rioja tiene un acontecimiento muy importante, que se celebra cada año el 31 de diciembre.

La Historia es verdadera Maestra de vida, y recordar esta celebración nos remite a la intención de una paz duradera en nuestro país, dividido tantos años por rencillas e ideologías que tiñeron de sangre los maravillosos valles y llanos riojanos.


San Francisco Solano en una antigua pintura limeña.


Cuando Don Juan Ramírez de Velazco en 1591 fundó la ciudad de “Todos los Santos de la Nueva Rioja” trazó la cuadrícula de la ciudad, reservando algunos espacios para las órdenes religiosas: franciscanos, mercedarios, los dominicos, jesuitas y destinó un solar frente a la plaza mayor para la Iglesia Matriz. 

En la actualidad, entre la Iglesia Catedral, dedicada a San Nicolás de Bari, patrono de la ciudad y el convento de San Francisco, se realiza allí la más importante ceremonia religiosa del país (por su antigüedad y significado) que concita la participación de miles de fieles de otras provincias argentinas: EL TINKUNACO.

Con esta voz quechua, que significa ENCUENTRO, fusión o mezcla, los riojanos reviven los acontecimientos sucedidos en la Pascua de 1593, cuando los diaguitas resolvieron atacar la ciudad. Las armas apostadas en el fuerte de Las Padercitas fueron insuficientes para resistir el ataque de alrededor de 9000 indios conducidos por 45 caciques que bajaron a la aldea recién fundada desde sus poblados.
Ante esta situación los españoles recurrieron a los oficios de SAN FRANCISCO SOLANO, quién logró restablecer la paz. Fray Francisco, que recorrió gran parte de Sudamérica desde Lima como incansable misionero, es llamado “el taumaturgo del Nuevo Mundo” por la enorme cantidad de milagros y prodigios que se le atribuyen. Donde  llegaba, las tribus más guerreras e indómitas lo recibían al son de batalla, pero después de predicarles por unos minutos con un crucifijo en la mano, conseguía que todos empezaran a escucharle con un corazón dócil y que se hicieran bautizar por centenares y miles. El Padre Solano tenía una hermosa voz y sabía tocar muy bien el violín y la guitarra.
Para recordar ese hecho de paz se estableció una ceremonia religiosa que aún hoy se realiza cada 31 de diciembre, al mediodía.

La salida en procesión de la imagen de San Nicolás de Bari desde la Catedral de la ciudad de La Rioja ocurre en tanto  que desde la iglesia de San Francisco (ubicada en la esquina opuesta de la plaza principal) se lleva en andas la pequeña imagen del “Niño Dios” vestido de alcalde.

Desde el templo de San Francisco de Asís parten los AILLIS (cofradía en que se organizaron los diaguitas), son los devotos del Niño Alcalde (una imagen del Niño Jesús de Praga con atributos de intendente) y portan su imagen en la procesión (Ailli es una voz quechua que significa triunfo, victoria) Visten vincha y poncho y en ambos atuendos un espejito. Los preside el Inca (cargo renovado hereditariamente) que canta al compás de su caja y del arco un antiguo himno. Estos elementos responden a los que usaba el Inca del Perú.
Desde la Iglesia Catedral parten los ALFÉRECES (cofradía en la que se organizaron los españoles) Están presididos por el Alférez Mayor (cargo electivo que se renueva todos los años) quién es acompañado por 12 Apóstoles y 12 Aspirantes con sus correspondientes estandartes.
A las 12 en punto ambas procesiones se encuentran frente a la Casa de Gobierno y la imagen de San Nicolás, con todo el pueblo reunido, se arrodilla tres veces frente al Niño Alcalde, reconociendo en él, al Señor. Con este acto se reafirma una tradición iniciada hace 426 años, cuando los diaguitas decidieron de rendir tributo de alabanza al Señor.

Una imagen maravillosa 
que nos propone la paz 
y cerrar “grietas” en nuestra sociedad, tan dividida.

Por eso invocamos al gran San Francisco Solano, 
para que, una vez más logre 
un verdadero Tinkunaco en nuestra Patria.

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