Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

30 de junio de 2018

LOS SANTOS PROTOMARTIRES DE ROMA

MEMORIA LITÚRGICA DE LOS SANTOS PROTOMÁRTIRES DE ROMA
(30 de junio)


Maqueta del Coliseo Romano o Anfiteatro Flavio en su época de esplendor del Imperio

La Iglesia, luego de celebrar el martirio de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo en Roma, recuerda hoy a los miles de cristianos que fueron martirizados en esa ciudad a causa de la fe en el primer siglo de la era cristiana.


"En el siglo I, a estos hombres (Pedro y Pablo), columnas de la Iglesia, vino a agregarse una gran multitud de cristianos que, habiendo sufrido muchos suplicios y tormentos también por emulación, se han convertido para nosotros en un magnífico ejemplo”, señalaba en una carta a los Corintios el Papa San Clemente I.

Con el anuncio de la Buena Nueva de los Apóstoles, el número de fieles fue cada vez más en aumento. Sin embargo, el Senado romano rechazó esta nueva religión que era contraria a las tradiciones de Roma y la declaró ilícita hacia el año 35 d.C.

Más adelante, Nerón para librarse de la acusación de haber incendiado Roma, culpó a los cristianos, denunciando que eran miembros de una religión maléfica que practicaba el canibalismo, al no entender el sentido de la Eucaristía, y difamándolos como incestuosos, por la costumbre que tenían de llamarse hermanos y darse el beso de la paz.

Fue así que se desencadenó una serie de persecuciones en la que miles de cristianos dieron su vida en testimonio de su fe..

Estos hombres y mujeres, niños y adultos, que no aceptaron abjurar de su fe, fueron ejecutados muchos de ellos en el Coliseo Romano (el lugar de los espectáculos públicos para la diversión del pueblo). Y así, caían como alimento de los leones, eran crucificados y torturados, o eran encendidos con brea como verdaderas antorchas humanas.

Ellos morían cantando los salmos y bendiciendo el nombre del Señor.

E iluminaron la noche pagana con la luz de la fe y su testimonio martirial por la Verdad. Siendo la semilla de millones de cristianos (“semina christianorum”).


Catacumbas de San Calixto en Roma

La oración colecta de hoy es muy expresiva:

“Señor, Dios nuestro, 
que santificaste los comienzos de la Iglesia romana 
con la sangre abundante de los mártires, 
concédenos que su valentía en el combate 
nos infunda el espíritu de fortaleza 
y la santa alegría de la victoria final”.


SANTOS PROTOMARTIRES DE ROMA
Orate pro nobis!

28 de junio de 2018

SANCTI APOSTOLI PETRUS ET PAULUS


SAN PEDRO Y SAN PABLO


La Iglesia celebra el 29 de junio el martirio de los dos apóstoles que murieron en Roma, confesando la fe.
En esta doble solemnidad recordamos a Simón Pedro -el pescador- y a Pablo de Tarso -el bandido-. Uno es llamado desde la orilla del mar y el otro desde lo alto del cielo.
Y después de haberlo dejado todo en seguimiento del Divino Maestro, y tras predicar con fidelidad y coherencia la Buena Nueva de la salvación, ambos mueren en la Ciudad eterna, uno en la cruz y el otro por la espada.
Donde fueron sepultados se encuentran las dos grandes basílicas de la urbe, meta de peregrinaciones y lugar donde brilla la fe: la colina vaticana, con la Basílica de San Pedro y las afueras de Roma, con la Basílica de San Pablo extramuros.
Las llaves y la espada son los símbolos por antonomasia de estos dos apóstoles. Pedro es la roca firme sobre la que se asentará la unidad, a quien Cristo promete las llaves de su Reino, el poder de atar y desatar (Mt 16,18-19). Pablo es el predicador incansable que batalla con intrepidez en el mundo conocido de entonces y muere por la espada (ya que como ciudadano romano no podía ser ejecutado en la cruz)


Por eso canta en el HIMNO DE LAUDES de este día, exaltando a la urbe feliz:

Pedro, roca; Pablo, espada.
Pedro, la red en las manos;
Pablo, tajante palabra.
Pedro, llaves; Pablo, andanzas.

Y un trotar por los caminos
con cansancio en las pisadas.
Cristo tras los dos andaba
a uno lo tumbó en Damasco,
y al otro lo irió con lágrimas.

Roma se vistió de gracia:
crucificada la roca,
y la espada muerta a espada.



Y se reza la ORACIÓN COLECTA:
Dios nuestro,
que nos llenas de santa alegría
con la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo,
haz que tu Iglesia
se mantenga siempre fiel
a las enseñanzas de estos apóstoles,
de quienes recibió el primer anuncio de la fe.

SANCTI APOSTOLI PETRUS ET PAULUS
INTERCEDANT PRO NOBIS 

ET PRO ECCLESIA 
AD DOMINUM.


24 de junio de 2018

CELEBRACIÓN EN ASUNCIÓN DE LA BEATIFICACIÓN DE CHIQUITUNGA


BEATA 
MARÍA FELICIA DE JESÚS SACRAMENTADO 
(“Chiquitunga”)
1925-1959


El sábado 23 de junio de 2018 fue proclamada la beatificación de Sor María Felicia de Jesús Sacramentado, dispuesto por el Papa Francisco y cuyo rescripto fue leído por el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos.

La brillante celebración tuvo lugar en el Estadio del Cerro Porteño en Asunción, ciudad donde murió la nueva beata paraguaya, con la presencia de 50.000 fieles.

En esta joven se destacan dos hitos de su joven vida de fervorosa cristiana:

-        Su trabajo en la Acción Católica, en donde ingresó a los 16 años en su ciudad natal de Villarica. En 1953 fue nombrada Delegada Arquidiocesana de Aspirantas de la A.C., en mérito a su labor de dirigente laica en las secciones de infancia, con una capacidad docente ejemplar.

-        Su ingreso y votos en el Carmelo de Asunción, en 1955. En 1956 hace sus votos de consagración como carmelita descalza, siguiendo las huellas de Santa Teresa de Jesús.



En la galería de imágenes de abajo se puede apreciar la excelente obra del artista paraguayo Koki Ruiz, quien diseñó el retablo del altar para esta celebración.

Es un extraordinario trabajo artístico, realizado con muchos meses de preparación, donde se recolectaron más de 70.000 rosarios “rezados” que le entregaron los fieles.

Destaca la Cruz, con su base del escudo carmelita (las tres estrellas), debajo una Forma Consagrada (evocando a Cristo Eucaristía), luego el monograma de la Virgen María y debajo el escudo de la Acción Católica del Paraguay.

El rostro de la nueva beata es impactante, con una amplia sonrisa que la caracterizaba y una expresión serena y bondadosa. En el iris de su ojo izquierdo se colocó el rosario de su compañero de apostolado en la Acción Católica, el doctor Ángel Sauá.

Una gran cantidad de jazmines en su cabellera simbolizan su fragancia espiritual de llevar a todos el dulce aroma de Cristo.

Y debajo del retrato la sigla T2OS, tomada de la simbología de la química, que resume el lema de vida de la beata “TODO TE OFREZCO, SEÑOR”.

BEATA SOR MARÍA FELICIA CHIQUITUNGA
ORA PRO NOBIS!








23 de junio de 2018

NUNC UBI ES?


¿DÓNDE ESTÁS AHORA?

Brevísima reflexión espiritual



Esta pregunta, tiene una magnífica respuesta: 

“Estamos donde reposa nuestro corazón...”


Quizá teme el hombre hallarse ¡tantas veces! donde no quiere... Y, sin embargo, esto es imposible porque... "más está el alma donde está su reposo que donde anima". Y esto, desde Platón, lo han enseñado todos los grandes maestros espirituales.

Estás allí donde quieres y tu corazón elige, allí mismo, donde está tu reposo y tu predilección, aunque los senderos exteriores de este mundo sean harto ásperos y los ideólogos y los maestrillos cercanos y lejanos pretendan otra cosa. 

Nadie te quitará esa LIBERTAD de tu alma... 

Aunque presionen unos y otros y te quieran calificar al antojo de la moda, o del miedo, o de la necedad, tan frecuente. 

Permanece firme donde están los verdaderos bienes y no te dejes arrastrar por las estructuras, que siempre se procuran justificativos del corte que sean. 

Estás donde se halla tu corazón y donde tu alma desea. Desea estar en lo alto, y llegarás en un instante al punto maravilloso que descubre la pureza de tu alma. 

Habita la parte escondida del mundo, que es el camino del Cielo.

Alberto E. Justo


21 de junio de 2018

CHRISTUS IMPERAT!

ANTE LA MEZQUINDAD DE LA “EFICIENCIA”
ES NECESARIO RECUPERAR EL VALOR DEL SÍMBOLO Y DE LA HEROICIDAD


Fue olvidado el valor de los símbolos. No se recuerda ya que las gestas heroicas a veces no son más que gestos heroicos, gestos que quizás cuestan la vida, gestos que marcan a fuego la vida y la muerte de un campeador de lides imposibles, gestos que terminan grabando a fuego de sangre las páginas más sagradas de la historia de una Nación o de un Imperio.

Nos consume y agita el racionalismo cuantitativista y los cálculos humanos de eficiencia. Por eso, -olvidando que, en virtud de la causalidad ejemplar, a veces lo más inútil es, paradójicamente, lo más fecundo- rechazamos como inútiles todo gesto o gesta que no prometa un amplio número de adhesiones o que implique pronósticos de ostracismo y caras largas.

Es preciso recuperar el valor del símbolo, la conciencia de la belleza impostergable e imperimible de la hazaña quijotesca, de la vehemencia heroica y del gesto noble e inclaudicable.

En estos tiempos de plebeyismo, donde todo salvo el lucro se nivela para abajo, donde todo es bienvenido salvo la vehemencia apasionada en la afirmación de la Verdad, donde muchos de los católicos buenos viven con un estúpido complejo de inferioridad o de culpabilidad por no haber sido suficientemente mundanos o por no haberse adaptado debidamente a los tiempos actuales, urge restaurar la estima del símbolo heroico, del gesto caballeresco, de la palabra quijotesca, del testimonio martirial.

No importa que el gesto caballeresco prometa ser ociosa o magníficamente inútil así como no le importa a la estrella brillar cuando el mecanismo del cosmos no requiere de su brillo para conservar su eficiencia.

En el fondo, lo que más se necesita son testigos que anuncien la Verdad perenne y que lo hagan con la belleza que caracteriza a las obras de la aristocracia del espíritu, que supera con abismales creces toda la ordinariez y la mezquindad de la “eficiente” y adaptada producción los tibios y los fríos calculadores.

Al fin, no hay nada más eficaz que la gesta heroica porque sólo las gestas heroicas levantan a los pueblos en son y trance de poesía y combate, de lid maravillosa y épica exultante.

Nadie se entusiasmará con los discursos de la observancia de nimiedades cotidianas y ordinarieces profesionales. Sólo los gestos heroicos y rotundos despertaran las águilas que duermen el sueño del terrenalismo y el acomodo, del naturalismo y el negocio. Sólo las gestas impares, por más “inútiles” que sean, lograran que muchos muertos –que yertos yacen por la rutina y la depresión existencial- resuciten de sus tumbas y marchen tras, o cual, nuevos Cides y Quijotes a renovar la faz de la tierra bajo el único signo omnipotente, el signo de la Cruz.

La Cruz, omnipotente para toda hazaña y catapulta de todo heroísmo, nos hace un último llamamiento con su épico fulgor irresistible: navegar mar adentro a encender el mundo entero en el fuego del Espíritu Santo hasta que toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra y el infierno ante Jesucristo y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor y el único Rey de Reyes.

Si Pelayo pudo reconquistar España comenzando desde la áspera estrechez de una diminuta cueva asturiana, ¿por qué seguimos encerrados en nuestros negocios y sacristías por miedo a las huestes enemigas, que nos acometen en poseso malón y orgiástica horda? ¿Acaso dudamos que Dios podrá enviarnos, como a Pelayo, a la Virgen Sacrosanta a pelear en nuestras nuevas batallas de Covadonga o que podrá auxiliarnos como otrora hizo mandando a Santiago a enarbolar la cruz espada y cerrar España?

Ya fallaron los cálculos, los programas, las campañas masivas de adhesión, los pactos con el mundo, los entrismos subterráneos, los plebiscitos, las juntas de firmas, los cambios de lenguaje y las concesiones de toda laya.

Quizás, como a la División Azul de Palacios, no nos queden más que bolas de nieve o piedras para resistir ante los tanques enemigos del Goliat de turno. En tal caso, tiraremos sin piedad esas bolas de nieve y esas piedras, y así gritaremos al mundo todo que no nos rendimos y que nada podrá arrancar nuestra bandera, la bandera de Cristo Rey y María Reina, la bandera de la Cristiandad, que supo y quiere ser Imperio que proteja en su seno a todos los pueblos de la tierra que yacen presos bajo el poder aplastante de las finanzas mundiales, en las tinieblas de la apostasía, el paganismo y el vil materialismo.

Que Cristo impere doquiera y que nosotros seamos sus pregorenos, sus apóstoles martiriales, sus avanzadas imperiales, sus lanceros inclaudicables, sus últimos soldados, aquellos que no calculan ni miden sus lides pues su hambre y su sed de justicia los extasían en sueños de heroísmo y generosidad.

Padre Federico Highton, S.E.
Misionero en el Himalaya
18-VI-18, Madrid



VANITAS: SAN LUIS GONZAGA


21 de junio

Memoria litúrgica de San Luis Gonzaga


Nació en 1568 cerca de Mantua, en Lombardía, hijo de los marqueses de Castiglione. Su madre lo educó cristianamente, y muy pronto dio indicios de su inclinación a la vida religiosa. Renunció a favor de su hermano al título de Marqués, que le correspondía por derecho de primogenitura, e ingresó en la compañía de Jesús, en Roma. Cuidando enfermos en los hospitales, en la epidemia de tifus que asoló la urbe, contrajo él mismo la enfermedad que lo llevó al sepulcro el año 1591.

El Papa Pio XI lo proclamó Patrono de la Juventud católica, invitando a los jóvenes a mirar la modélica vida de San Luis, donde destacan las virtudes de la renuncia a la vanidad de los bienes terrenales.

La oración colecta de la Iglesia de este día lo expresa con precisión:

“Dios nuestro,
fuente y origen de todos los dones celestiales,
Tú que uniste en san Luis Gonzaga
una admirable pureza de vida con la práctica de la penitencia, 
concédenos, por sus méritos e intercesión,
que los que no hemos podido imitarlo en la inocencia de su vida
lo imitemos en su espíritu de penitencia

UNA PINTURA DE GOYA LO MUESTRA CON MAESTRÍA DE SÍMBOLOS


PINTURA DE SAN LUIS GONZAGA MEDITANDO EN SU CELDA CONVENTUAL  (Francisco de Goya, 1798-1800)



Se trata de una obra de altar, de grandes proporciones y de acusada religiosidad y simbolismo. Es un óleo sobre lienzo de 261 por 160 cm. Realizado por el gran pintor español para la iglesia conventual madrileña de las salesas nuevas, y que hoy se expone en el Museo de Zaragoza.

Representa al joven San Luis Gonzaga, vestido con la negra sotana jesuítica, que medita ante un crucifijo sostenido por su mano derecha a través de un paño blanco.

En su mano izquierda, reposando sobre la mesa, el tallo de azucenas, símbolo de la vida de castidad consagrada por el santo. 

Sobre la mesa otros elementos simbólicos: 

  • la corona alude a la renuncia a las riquezas terrenales, el marquesado de Castiglione; 
  • la calavera y las disciplinas, como los símbolos ascéticos de su vida religiosa.

La alargada figura del santo, cargada de austeridad, centra la composición en un eje vertical, que divide el cuadro en dos. Por un lado, la mesa con todos los elementos simbólicos y, por otro, la referencia al espacio definido por la silla, la ventana de vidriera emplomada y el cortinado. 

Pero es la luz la que realmente actúa y crea una atmósfera intimista. Por un lado se trata de una luz grisácea, casi nebulosa, que desde lo alto invade suavemente la escena matizando y reforzando una composición cargada de simplicidad, creando ese efecto de recogimiento. Sin embargo, el rostro del santo tiene luz propia, una luz más radiante dirigida al crucifijo y recogida por el paño blanco y los objetos de la mesa.

Economía de color reducida al negro, verde, ocre y a los grises que predominan por su espléndida riqueza de matices. 

Toda esta aparente simplicidad compositiva está repleta de simbolismo, muy en la línea del barroco español, aunque las soluciones son neoclásicas.

Un detalle de la mesa nos amplia los elementos simbólicos de la VANITAS y la CASTITAS, antes comentados.








20 de junio de 2018

DE LAS OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES


LA VERDADERA CARIDAD



Si tu prójimo está ciego por la soberbia,
en cuanto depende de ti, 
    procura iluminar sus ojos con el ejemplo de tu humildad;

si anda cojo por la hipocresía, 
    enderézalo con la acción de la verdad;

si está leproso por la lujuria, 
    límpialo con la palabra y el ejemplo de la castidad;

si está sordo por la avaricia, 
    muéstrale el ejemplo de la pobreza de Cristo;

si murió por sus glotonerías y sus ebriedades, 
     resucítalo con el ejemplo y la virtud de la abstinencia;

y evangeliza a los pobres, 
     enseñándoles la vida de Cristo.
San Antonio de Padua


UN JAZMÍN DE LA ACCIÓN CATOLICA Y DEL CARMELO EN PARAGUAY

"CHIQUITUNGA" 

(María Felicia de Jesús Sacramentado) (1925-1959)






El próximo sábado 23 de junio, en el Estadio Cerro Porteño de Asunción, será proclamada la primera beata del Paraguay, que fuera una brillante dirigente de la Acción Católica y luego una heroica carmelita.

Fue miembro de la Acción Católica desde los 16 años, destacándose por su capacidad de dirigente, llegando a ser delegada arquidiocesana de aspirantas.

A los 30 años ingresa en el Carmelo de Asunción y fallece a los 34 años, dejando una estela de buenas obras.

Por su dulzura y mansedumbre es llamada EL JAZMÍN DEL SEÑOR, ya que en su vida apostólica y contemplativa dejó el "bonus odor Christi".

CRONOLOGÍA DE SU FECUNDA VIDA



-12 de enero de 1925: Nace en Villarrica María Felicia Guggiari Echeverría (llamada cariñosamente Chiquitunga) en una familia arraigadamente católica.

-28.02.1928: Recibe el bautismo en la Catedral de Villarrica.

-07.03.1930: Comienza su formación primaria en el colegio “María Auxiliadora” de Villarrica.

-08.12.1932: Recibe la primera comunión en la Catedral de Villarrica.

-10.03.1937: Inicia sus estudios secundarios en la Escuela Normal Nro. 2 “Manuel Gondra” de Villarrica.

-1941: Ingresa en la filas de la Acción Católica de Villarrica.

Escudo de la Acción Católica del Paraguay

-1942: Obtiene el titulo de Maestra Nacional.

-1945: Recibe el sacramento de la Confirmación en la Catedral de Villarrica.

-1950: Se traslada con su familia a Asunción e ingresa en la Escuela Normal Nro. 1 de Profesores “Presidente Franco”. Se incorpora también en las filas de la Acción Católica de Asunción.

-23.04.1950: Primer encuentro en la Acción Católica con Ángel Sauá Llanes, con quien compartió el Ideal y una profunda amistad.

-1951-1952: Ejerce el magisterio en la Escuela Parroquial de los PP. Redentoristas.

-20.08.1952: Providencial entrevista en el Hospital Español con la priora de las Carmelitas Descalzas de Asunción, M. Teresa Margarita del Sagrado Corazón.

-1952: Culmina sus estudios de Profesora Normal.

-09.05.1953: Se la nombra Delegada Arquidiocesana de Pequeñas de la Acción Católica Paraguaya.

-17.01.1954: Comienza los ejercicios espirituales en los que el Señor le hace oír claramente su llamada al Carmelo.

-08.09.1954: Se consagra a la Santísima Virgen en el marco del Año Mariano. Después de varios meses de preparación hace la consagración monfortiana después de haber leído el libro: El Tratado de la Verdadera Devoción.

-06.11.1954: Hace ejercicios espirituales y el Señor le hace oír claramente su llamado a la vida religiosa.

-02.02.1955: Ingresa en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Asunción.

-14.08.1955: Viste el hábito de Carmelita Descalza con el nombre de María Felicia de Jesús Sacramentado.

-15.08.1956: Hace sus votos religiosos en manos de la madre Teresa Margarita del Sagrado Corazón.

-09.01.1959: Enferma de hepatitis infecciosa y se la interna en la Cruz Blanca.

-22.03.1959: El miércoles santo es dada de alta y se reintegra a la comunidad.

-26.03.1959: El domingo de Pascua, su hermano médico diagnostica “Púrpura”, y se la internó nuevamente.

-28.04.1959: Pide que le lean el poema de Santa Teresa de Jesús: “Muero porque no muero”. Se yergue de pronto en su cama y exclama: “¡JESÚS, TE AMO! ¡QUE DULCE ENCUENTRO!.

-28.04.1993: Traslado de los restos mortales de la Sierva de Dios del Cementerio de la "Recoleta" a la Capilla de las Carmelitas Descalzas de Asunción.

15 de junio de 2018

NO NEGOCIABLES

TRES PRINCIPIOS "NO NEGOCIABLES"



El magisterio del Papa Benedicto XVI posee un bagaje sobreabundante de temas, que el extraordinario Papa teólogo ha tratado con solidez y precisión, abriéndonos el precioso tesoro del depósito de la fe cristiana con una meridiana claridad y convicción.

Es interesante recordar, en estos días, los tres "principios no negociables" (como llamó el Papa Ratzinger) que los laicos no pueden desconocer, y donde no es válido argumentar su legitima autonomía en la atención de los asuntos temporales.


Y estos tres principios, que valen tanto para los políticos como para los ciudadanos votantes, los repitió muchas veces a lo largo de su pontificado. Como, por ejemplo, ante los políticos de la Comunidad Europea (2006), al recibir las cartas credenciales del embajador argentino Juan Pablo Cafiero (2008) y ante los obispos argentinos en su visita Ad Limina (2009).

Estos tres postulados innegocialbles son:

1. La protección de la vida de todo ser humano, en todas sus fases, desde el primer momento de su concepción en el vientre materno hasta su muerte natural;

2. El reconocimiento y promoción de la estructura natural de la familia, como la unión estable entre un hombre y una mujer basada en el matrimonio, y su defensa ante los intentos de hacer que sea jurídicamente equivalente a formas radicalmente diferentes de unión que en realidad la dañan y contribuyen a su desestabilización, oscureciendo su carácter particular y su papel social insustituible;

3. La defensa y el respeto del derecho de los padres a educar a sus hijos.

En estos puntos, el político o ciudadano que claudique o los deje librado a falsos consensos, será pasible de romper la comunión eclesial y abdicar de sus compromisos bautismales propios.

Si bien no son verdades de fe, son valores inscritos en la naturaleza humana y comunes a todo el bien de la humanidad, sin distinción de credos o culturas. Su renuncia o menoscabo será causa de disolución, discordias y enfrentamientos que pesará sobre el entramado social, impidiendo una paz duradera.

13 de junio de 2018

DOCTOR EVANGÉLICO


San Antonio de Padua,
consejos sobre la centralidad de Jesucristo



"Si predicas a Jesús, 
Él ablanda los corazones duros;

si lo invocas, 
endulzas las tentaciones amargas;

si piensas en Él, 
te ilumina el corazón;

si lo lees, 
te sacia la mente"

Sermones Dominicales et Festivi III, p. 59.