LA VERDADERA CARIDAD
Si tu prójimo está ciego
por la soberbia,
en cuanto depende de ti,
procura iluminar sus ojos con el ejemplo de tu humildad;
si anda cojo por la
hipocresía,
enderézalo con la acción de la verdad;
enderézalo con la acción de la verdad;
si está leproso por la
lujuria,
límpialo con la palabra y el ejemplo de la castidad;
límpialo con la palabra y el ejemplo de la castidad;
si está sordo por la
avaricia,
muéstrale el ejemplo de la pobreza de Cristo;
muéstrale el ejemplo de la pobreza de Cristo;
si murió por sus
glotonerías y sus ebriedades,
resucítalo con el ejemplo y la virtud de la abstinencia;
resucítalo con el ejemplo y la virtud de la abstinencia;
y evangeliza a los pobres,
enseñándoles la vida de Cristo.
San Antonio de Padua
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