Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

15 de junio de 2018

NO NEGOCIABLES

TRES PRINCIPIOS "NO NEGOCIABLES"



El magisterio del Papa Benedicto XVI posee un bagaje sobreabundante de temas, que el extraordinario Papa teólogo ha tratado con solidez y precisión, abriéndonos el precioso tesoro del depósito de la fe cristiana con una meridiana claridad y convicción.

Es interesante recordar, en estos días, los tres "principios no negociables" (como llamó el Papa Ratzinger) que los laicos no pueden desconocer, y donde no es válido argumentar su legitima autonomía en la atención de los asuntos temporales.


Y estos tres principios, que valen tanto para los políticos como para los ciudadanos votantes, los repitió muchas veces a lo largo de su pontificado. Como, por ejemplo, ante los políticos de la Comunidad Europea (2006), al recibir las cartas credenciales del embajador argentino Juan Pablo Cafiero (2008) y ante los obispos argentinos en su visita Ad Limina (2009).

Estos tres postulados innegocialbles son:

1. La protección de la vida de todo ser humano, en todas sus fases, desde el primer momento de su concepción en el vientre materno hasta su muerte natural;

2. El reconocimiento y promoción de la estructura natural de la familia, como la unión estable entre un hombre y una mujer basada en el matrimonio, y su defensa ante los intentos de hacer que sea jurídicamente equivalente a formas radicalmente diferentes de unión que en realidad la dañan y contribuyen a su desestabilización, oscureciendo su carácter particular y su papel social insustituible;

3. La defensa y el respeto del derecho de los padres a educar a sus hijos.

En estos puntos, el político o ciudadano que claudique o los deje librado a falsos consensos, será pasible de romper la comunión eclesial y abdicar de sus compromisos bautismales propios.

Si bien no son verdades de fe, son valores inscritos en la naturaleza humana y comunes a todo el bien de la humanidad, sin distinción de credos o culturas. Su renuncia o menoscabo será causa de disolución, discordias y enfrentamientos que pesará sobre el entramado social, impidiendo una paz duradera.

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