Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

26 de noviembre de 2017

UNA NUEVA BEATA ARGENTINA (3)

Relicario de la Beata Madre Catalina
Que se presentó en la celebración de su beatificación del 25 de noviembre de 2017

ELEMENTOS SIMBÓLICOS




El relicario es semejante a una custodia porque la Beata Catalina de María es eminentemente Cristocéntrica, amante de la Eucaristía, apasionada por el Corazón de Jesús: la inspiración del Instituto, que ella llama “su sueño dorado” se lleva a cabo cuando se dirigía, como de costumbre a la Iglesia de las Catalinas a adorar el Santísimo Sacramento.

Muestra dos círculos concéntricos:

El mayor revela la presencia del Señor, porque en Dios vivimos, nos movemos y existimos (Hech. 17, 28);
Él es el que da la vida y aliento a todas las cosas, les ha prefijado el orden de los tiempos y los límites de su habitar (Hech. 17, 25-26).

El círculo pequeño revela la vida de la Beata Catalina de María, cimentada en la espiritualidad ignaciana, centrada en Cristo: allí está manifiesta su reliquia para la veneración.

Cuatro cruces:

Éstas unen ambos círculos y sintetizan las diferentes etapas de vida de la Beata Catalina de María: soltera, casada, viuda y consagrada en la vida religiosa.

La cruz de la izquierda refleja su primera etapa: infancia y juventud. A los 17 años tiene la experiencia de sus primeros Ejercicios Espirituales, allí percibe el llamado a la consagración, dedicándose con ahínco al servicio de los mismos y a las obras de misericordia.

La cruz inferior: su vida matrimonial donde resaltan una gema que perteneció a un anillo y un prendedor de dama, próximo a éste a ambos extremos dos pequeñas piedras que nos hablan de sus dos hijos del corazón, Benito y Deidamia hijos del Coronel Manuel Antonio Zavalía y la tercera en la parte inferior, su hijita Catalina que muere antes de nacer.

La cruz de la derecha su estado de viudez en el que nuevamente surge con fuerza la idea de concretar su sueño dorado. Después de siete años de luces y sombras logra fundar el Instituto que tanto anheló.

Las cruces laterales presentan cada una, cinco piedras de color que simbolizan las diez casas fundadas con ayuda del cofundador el canónigo doctor David Luque y en la cruz superior dos piedras que son las dos casas que funda personalmente: Buenos Aires en 1893 y San Luis en 1895.

La cruz superior que presenta una mayor relevancia con piedras blancas transparentes y luminosas representa el Instituto que hoy se proyecta hacia el mundo entero cumpliendo el anhelo de la Beata Catalina de María: “Deseo que como ángeles veloces vuelen las Esclavas y se repartan por todo el mundo trabajando por la gloria de Dios”




Los que llevaron las Reliquias

El día 25 de noviembre en la misa de Beatificación, las reliquias de Madre Catalina ubicadas en su relicario, fueron llevadas en procesión por estas personas:

Hna Emma Paulinelli - Religiosa, Esclava del Corazón de Jesús. Vice postuladora de la causa, custodia e investigadora de los escritos de la Madre, de sus memorias y cartas. Hija fiel de Madre Catalina. Por muchos años acompaña con mucha devoción al Apostolado de la Oración. Actualmente vive en la comunidad de María Reina, Córdoba.

Madre Marita Barrionuevo - Religiosa, Esclava del Corazón de Jesús. Vice postuladora de la causa responsable del proceso diocesano llevado a cabo en Tucumán y de la fase romana del Milagro. Pertenece a la comunidad de Tucumán. Su tarea pastoral está relacionada al Colegio, al Centro de día San José de niños en Tucumán, a la misión Wichi y misión Pichanal, siendo presencia reparadora para muchos.

Eugenia Valdéz. Hija de Sofía Acosta, a quien Catalina de María le hizo el milagro de devolverle la vida. Fue Eugenia quien invocó con fe su intercesión. Maestra de inglés del Colegio Sagrado Corazón de Jesús de Tucumán. Confianza inquebrantable en Madre Catalina, testimonio de su presencia en la comunidad pastoral y en su familia.

Pbro. Santos Moyano, Sacerdote diocesano de Córdoba, familiar de Madre Catalina, descendiente de Estaurófila, su hermana. Pastorea la parroquia de María y José.

Hermano José Molina. Religioso, representa a la Compañía de Jesús a quien Catalina de María reconocía como familia espiritual. También integró el tribunal diocesano de Tucumán, siendo perito médico. Actualmente pertenece a la comunidad de la Sagrada familia de los jesuitas en Córdoba.

UNA NUEVA BEATA ARGENTINA (2)

Beatificación
de la Madre Catalina de María Rodriguez
25 de noviembre de 2017
Córdoba - Argentina

Homilía del Cardenal Angelo Amato




La beatificación de hoy es un acontecimiento histórico para la arquidiócesis de Córdoba, ya que es la primera que tiene lugar en Córdoba.

Además, la Madre Catalina es una figura de extraordinaria relevancia eclesial y social.

Como ha señalado el arzobispo Carlos Ñáñez, “la patria – y nosotros añadimos, la Iglesia- se construye con mujeres como la Beata Catalina de María y con hombres como San Gabriel Brochero”.

Los santos no son cuerpos extraños a la sociedad.

Formados por Jesús son piedras vivas de la Iglesia y de la sociedad. Ellos edifican la humanidad con su bondad y su incansable y creativa obra de caridad. Los santos difunden el bien y buscan detener el mal.

Esto hicieron en sus vidas el Cura Brochero y la Madre Catalina inspirados por el Evangelio y sostenidos por la gracia divina y hoy justamente glorificados por la Iglesia.

Detengámonos a contemplar la figura de la Madre Catalina, mujer fuerte y emprendedora en su servicio al Señor.

A lo largo de toda su vida tanto de casada como de consagrada difundió el buen olor de sus virtudes, con una constante actitud de amabilidad, gentileza y dulzura.

Sabemos que la fe es la virtud que coordina y guía las otras virtudes. Como laica y como religiosa nuestra Beata manifestó un profundo espíritu de fe, visible en la oración, en la participación en la misa, en la adoración eucarística, en la devoción a la Virgen, en la obediencia al Papa y a los Obispos. En el Instituto, desde sus inicios, el día 29 de cada mes estaba dedicado a la oración por el Santo Padre y ofrecer la misa y la comunión por sus intenciones.

Ella vivía en la presencia de Dios, como un pez en el agua. El Sagrario era el oasis del reposo y de la confianza con el Señor Jesús. Una devoción particular hecha de oración y de sacrificio, era la que reservaba al Sagrado Corazón fundamento espiritual del Instituto. El Corazón de Jesús fue el Señor “amo” de su vida. En el lecho de muerte la Madre exclamó extasiada: “¡Qué dicha es morir esclava del Corazón de Jesús”.

Apoyada por esta fe inquebrantable, como la de Abraham, la Madre afrontaba las tormentas de la vida con la serenidad propia de los Santos, abandonándose enteramente en la divina Providencia.

Y la divina Providencia se manifestaba no sólo espiritualmente sugiriendo soluciones a los problemas, sino concretamente, haciendo llegar a menudo dinero y comida para las necesidades diarias.

Esta fe llena de esperanza le daba consuelo y alegría, porque la proyectaba en el horizonte de la vida eterna, hacia el encuentro con el Señor Resucitado, con María y con los santos.

No puede haber perfección sin la caridad, que es la reina de las virtudes.

La caridad de la Madre Catalina se manifestaba en el amor al prójimo y en la práctica de las obras de misericordias corporales y espirituales. La caridad animaba el carisma fundamental del Instituto, dirigido a la redención espiritual y social de las niñas, de las jóvenes y de mujeres pobres, regeneradas por los Ejercicios Espirituales.

Había una niña que, habiendo terminado sus estudios y teniendo que pagar las últimas tazas fue abandonada por sus parientes. La Madre Catalina proveyó, encontrando una familia que la acogiese.

En otra ocasión, recibió gustosa a una alumna cuyo padre era protestante.


Los pobres y los humildes eran los preferidos de la Madre. Pero su amabilidad también la ejercitaba en la actitud de bondad hacia las sirvientas, los empleados, los obreros y todos aquellos que iban a trabajar para las Hermanas. Los testigos afirman que, con espíritu maternal, la Madre se preocupaba de darles la merienda, para aligerar así su fatiga.

Se cuenta el triste caso de un señor alemán, que vivía en la absoluta pobreza y que un día se presentó a la Madre pidiéndole que acogiera a sus cinco hijitas, todas en condiciones de extrema miseria. Las niñas fueron inmediatamente acogidas con cariño. Y cuando la más pequeña se enfermó de viruela hemorrágica, la Madre Catalina alquiló una casa adyacente, disponiendo dos enfermeras para su asistencia
.
A menudo ella misma servía a las niñas enfermas, procurándoles médicos y medicinas.

Una especial ternura manifestaba hacia las religiosas, ordenando a la enfermera que reservara las mejores cosas para ellas. Lo mismo hacía con las personas de servicio.

Su caridad se evidenciaba en el perdón de las ofensas, devolviendo bien por mal.

Por ejemplo, cuando una alumna del colegio de Santiago del Estero se enfermó gravemente, la Madre encargó a unas Hermanas que le dispensaran los mejores cuidados para que pudiera recobrar la salud. La recompensa, sin embargo, fue la ingratitud de la familia de la pequeña. A pesar de ello, la Madre ordenó soportar pacientemente y readmitir a la niña


La Madre Catalina hizo fructificar al máximo los numerosos talentos humanos y espirituales que recibió de Dios. Lo hizo manteniendo siempre una actitud modesta y humilde.

Para ella, una monja soberbia era una monstruosidad. Aunque era la fundadora, al principio asumió la tarea de sacristana y se le asigno una incómoda ceda sin ventanas, en la que entraba el humo de la cocina.

El padre jesuita José Bustamante, gran benefactor espiritual de la congregación, un día echó en cara la Madre sus muchos defectos. La Madre Catalina recibió este reproche con dulzura e incluso con alegría, hasta el punto que dicho padre solía repetir “No conozco una persona más humilde que la Madre Catalina”.

Frente a la baja consideración que los extraños e incluso las religiosas mostraban hacia ella, la Madre respondió con calma “tienen razón, porque yo no valgo nada”.

La Beata Madre, mujer generosa y humilde, llena de fe y de claridad nos invita a todos, y en primer lugar, a sus hijas espirituales a encontrarnos con el Señor Jesucristo en el gozo y en la esperanza. La vida de la Madre enseña cómo avanzar en el camino de la sabiduría divina. Con creatividad femenina, ella atendió a las mujeres pobres, no solo formándolas sino espiritualmente con los Ejercicios Espirituales, sino también fundado una institución que les ayudara a vivir dignamente.

Educada en la escuela ignaciana de los Ejercicios Espirituales, la Madre vivió generosamente su espíritu, sirviendo al prójimo por amor, prestando su servicio apostólico para la mayor gloria de Dios y en conformidad a su voluntad, en la abnegación de todo amor propio y de cualquier interés personal. En la santidad el legado de la Beata Madre Catalina. El escudo de la Congregación, amor y reparación, es la síntesis más hermosa de su santidad y de su solicitud pastoral.

Por favor repetimos juntos

Beata Madre Catalina, ruega por nosotros.





25 de noviembre de 2017

CRISTO REY 2017

CHRISTUS REX UNIVERSORUM

El Reino de Jesucristo es, como nos señala la Liturgia de la Misa, un Regnum veritátis et vitae; regnum sanctitátis et grátiae; regnum iustítiae, amóris et pacis:
verdad, vida, santidad, gracia, justicia, amor, paz.

Son los valores que anhela con más fuerza el corazón humano, y a cuya realización podemos contribuir los cristianos. De modo especial, con las obras de misericordia dirigidas a los más pequeños, como se proclama en el Evangelio propio del ciclo A: «tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me disteis de beber; era peregrino y me acogisteis».

Sin embargo, Jesús mismo nos advierte: «Mi Reino no es de este mundo». Su señorío se manifestará en plenitud con su segunda venida, gloriosa, cuando se instauren los nuevos cielos y la nueva tierra, y «toda criatura, libre de la esclavitud del pecado, lo sirva y alabe sin fin»

Ahora es el tiempo de la esperanza, de trabajar por su reinado, confiados en que la victoria final es suya.


En el día de la Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo, vale la pena escuchar el himno VIVA CRISTO REY.

De alguna manera, en su letra, está implícita la mística de siempre que animó los años en la JAC.

Abajo va el enlace del video. Se sugiere escucharlo con parlantes y seguir su letra. 

Es un muy buen ejercicio de la memoria para actualizar los ideales del compromiso apostólico asumido oficialmente un día en la Acción Católica Argentina, asociación de laicos que fundara el Papa Pío XI para hacer concreto su lema episcopal en las realidades temporales: "LA PAZ DE CRISTO EN EL REINO DE CRISTO".

El Himno está muy bien cantado por un grupo de seminaristas del Seminario Mater Ecclesiae de San Pablo, Brasil, el año pasado.

¡Alabado sea Jesucristo!





VIVA CRISTO REY

Un grito de guerra se escucha
en la faz de la tierra y en todo lugar:
los prestos guerreros empuñan su espada
y se enlistan para pelear.
Para eso han sido entrenados
defenderán la Verdad
y no les será arrebatado
el fuego que en su sangre está.

¡Viva Cristo Rey, Viva Cristo Rey!
El grito de guerra que enciende la tierra
¡Viva Cristo Rey!
Nuestro soberano Señor,
nuestro Capitán y Campeón.
Pelear por Él es todo un honor.

Sabemos que esta batalla no es fácil y muchos se acobardarán,
y bajo los dardos de nuestro enemigo perecerán.
Yo tendré mi espada en alto, como la usa mi Señor
a Él nada lo ha derrotado, su fuerza es la de Dios.

No conocemos mayor alegría,
no existe más honroso afán,
que con mis hermanos estar en la línea
y juntos la vida entregar,
a Él que merece la gloria y nos reclutó por amor,
ante Él las rodillas se doblan y se postra el corazón.






24 de noviembre de 2017

UNA NUEVA BEATA ARGENTINA

24 de noviembre
BEATIFICACIÓN DE LA MADRE CATALINA DE MARÍA RODRIGUEZ
En la ciudad de Córdoba

         La Iglesia en Argentina cuenta con una nueva Beata. El Papa Francisco estableció que esta mujer cordobesa nacida en 1823 sea beatificada. La celebración se realizará en la explanada del Centro Cívico de Córboba, presidida por el Cardenal Amato en representación del Papa.
         Su vida como esposa, viuda y mujer consagrada, fuerte en la fe y de una avasalladora vitalidad apostólica quedó plasmada en la fundación de la Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, primera congregación apostólica de Argentina.


BREVE BIOGRAFÍA DE LA NUEVA BEATA ARGENTINA


La nueva beata argentina, Catalina de María Rodríguez; en el siglo Josefina Saturnina Rodríguez de Zavalía, nació en la ciudad de Córdoba (Argentina), el 27 de noviembre de 1823.

Sus padres Hilario Rodríguez Orduña y Catalina Montenegro conformaban un hogar profundamente cristiano y la bautizaron ese mismo día en la Iglesia Catedral de Córdoba.

Saturnina era la tercera hija del matrimonio, le precedían Manuela y Petrona. Tres años después del nacimiento de la beata llegaría María, quien luego se haría llamar Estaurófila; tras la llegada de la misma quedan huérfanas de madre. El dolor volvería a signarla 6 años después al morir su padre, momento desde el cual quedó al total cuidado de sus tías, las del Signo Orduña, quienes se ocuparon de su crianza y formación. Quien asumió con mayor énfasis esta tarea fue Eustaquia del Signo, que tuviera la misma edad de la madre muerta y que llamaban “Mamita Eustaquia”.

Esta niña pertenecía a una distinguida familia de la aristocracia cordobesa que vivía una sólida fe cristiana; y la educación que ella recibió fue acorde a dicha condición social y a la realidad de la época, donde la familia cristiana debía defender sus valores en medio de luchas políticas y militares.

A los 17 años, contando con el ejemplo de Eustaquia del Signo en la atención de los Ejercicios Espirituales que eran dirigidos por los sacerdotes de la Compañía de Jesús, decidió hacer sus primeros Ejercicios. Es aquí cuando se despierta su vocación religiosa, mas, no encontró en aquel momento el lugar adecuado donde consagrarse a Dios; pues las únicas familias religiosas existentes en Córdoba, Carmelitas Descalzas y Monjas de Santa Catalina, eran de vida contemplativa y en ellas su aspiración de entregarse a Dios en el apostolado activo no encontraba respuesta.

En 1848, al ser expulsados los jesuitas de Córdoba, Saturnina toma como director espiritual a un sacerdote del clero secular llamado Tiburcio López, quien ejerciera una fuerte influencia en ella cuando insistentemente la pretende en matrimonio el coronel Manuel Antonio de Zavalía.

Es así, que en 1852 contrae matrimonio con Zavalía, quien era viudo y tenía dos hijos, Benito y Deidamia, que eran fruto de su primer matrimonio. Saturnina, a quien su única hija le naciera muerta, se dedicó enteramente a ser una verdadera madre para los dos niños.

Acompañó a su esposo en todo momento, espiritualmente cuando él se veía involucrado en acciones bélicas y personalmente cuando lo trasladan en 1860 a la ciudad de Paraná, dejando en cada lugar, un testimonio de entrega incondicional en su vida matrimonial y de piedad y celo apostólico, tanto en la sociedad paranense como cordobesa; pues al regresar ,en 1861, a su ciudad natal continua sirviendo los ejercicios espirituales y busca a través de su parentesco con el Presidente de la República, Santiago Derqui, que vuelvan los jesuitas a Córdoba.

Zavalía, una vez terminada su actuación política se dedicó a atender una estancia en Córdoba, donde fallece el 30 de marzo de 1865. Con este acontecimiento Saturnina vislumbra la posibilidad de consagrarse definitivamente.

El 15 de septiembre de 1865, cuando se dirigía como de costumbre a visitar el Santísimo Sacramento expuesto en la iglesia de las Catalinas, se sintió inundada por un fuerte pensamiento, que se convirtió en su “sueño dorado”, al cual se refirió en sus Memorias:

“Edificar una casa de Ejercicios, y formar una comunidad de señoras que estuviesen al servicio de ella (...) que observaríamos las Reglas del Instituto de San Ignacio, enseñaríamos la Doctrina los Domingos a las niñas, y asilaríamos a esas mujeres que se lleva a los Ejercicios casi por fuerza y después de concluidos estos (...) causa pena verlas volver a los mismos peligros...”
Cabe destacar que Saturnina debió vivir siete años marcados por humillaciones, contradicciones y hasta luchas con su entonces director espiritual Dr. David Luque, para poder ver realizada tal inspiración. Finalmente las dificultades se disiparon con la llegada del Padre José María Bustamante, quien alentó a Saturnina y la ayudó a reunir otras socias para fundar la nueva congregación.

Así, el 29 de septiembre de 1872, una pequeña comunidad comenzaba sus ejercicios espirituales y con ellos se iniciaba la fundación de una familia religiosa que desde entonces y hasta nuestros días es un centro de espiritualidad y de comprometida acción apostólica: la congregación de Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús.



El Dr. David Luque, quien continuara siendo el director espiritual de quien en vida religiosa se comenzó a llamar Catalina de María, fue nombrado, a pedido ella, por la autoridad eclesiástica director de la nueva congregación.

Luego de residir, la reciente comunidad, en dos casas que no satisfacían las necesidades de la misma y a su quehacer apostólico, tomaron, el 1 de marzo de 1875 posesión definitiva de lo que se denomina la Casa Madre del Instituto en Barrio General Paz de la ciudad de Córdoba.

Pronto, en 1880, comenzó la expansión del Instituto, con las siguientes fundaciones:). En 1882, Taller de la Sagrada Familia, en la misma ciudad de Córdoba. En 1886, Santiago del Estero, San Juan y Rivadavia (Mendoza). En 1887, Salta. En 1889, Santa Fe y Tucumán. En 1890, ciudad de Mendoza. En 1891, La Rioja; en 1893, Buenos Aires, y en 1895, San Luis.

Por pedido del Santo Cura Brochero y la decisión de Catalina en 1880, 16 hermanas cruzan las Sierras Grandes a caballo para atender la Casa de Ejercicios y el Colegio de Niñas fundados por el Cura en la Villa del Tránsito (hoy Villa Cura Brochero)



Catalina de María entregó definitivamente su vida a Su Amo en la Casa Madre de la Congregación el domingo 5 de abril de 1896. Finalmente llegaba al encuentro de Quien siempre fuera su descanso, aun en las tormentas que se le presentaran en la cotidianeidad de la vida.

Al morir, sus hijas eran más de doscientas. Su epistolario habla a las claras de su talante apostólico: se conocen más de 1600 cartas manuscritas de la Beata..

Sus últimas palabras a sus hijas son consideradas su testamento espiritual:

“Hijas mías os recomiendo la PAZ, la OBEDIENCIA y la SANTA CARIDAD”

SU FUNDACIÓN EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES:
EL INSTITUTO DIVINO CORAZÓN, FRENTE A LA PLAZA GÜEMES Y LA BASÍLICA PORTEÑA DEL ESPÍRITU SANTO, AMBAS CONSTRUCCIONES SON CONTEMPORÁNEAS (comienzos del siglo XX)


17 de noviembre de 2017

ACERCA DE LA SOBRIEDAD Y LA MODERACIÓN


 EN LA I JORNADA MUNDIAL DE LOS POBRES


El Papa Francisco ha establecido que en el tercer domingo de noviembre, (este año el penúltimo domingo del año litúrgico), se celebre la Jornada Mundial de los pobres, para reflexionar acerca de los pobres y hacer un fuerte llamamiento a nuestra conciencia.

La Iglesia siempre ha considerado la formación de las conciencias como una tarea principal de su misión evangelizadora.

Por eso nos invita, en estos últimos domingos del año, 
a meditar acerca de las realidades escatológicas, 
sobre el fin último del hombre.

De la Epístola que se lee este día (1Tes. 5,6):

“Ustedes son hijos de la luz, hijos del día. 
Nosotros no pertenecemos a la noche ni a las tinieblas.
 No nos durmamos, entonces, 
como hacen los otros:
permanezcamos despiertos y seamos sobrios”.
   
 

  

LA VIRTUD DE LA SOBRIEDAD

(Reflexión en la I Jornada Mundial de los Pobres)


La sobriedad le da valor a las cosas que si son importantes, permitiendo a la persona que la practica saber cómo distinguir entre lo razonable y lo que es exagerado, en otras palabras, actuar con moderación. 

En efecto, cuando nos referimos a la sobriedad, lo hacemos pensando en la moderación y la templanza en el modo de actuar y vivir. Se actúa con sobriedad, cuando no nos dejamos llevar por los apetitos y los excesos, vivimos con sobriedad cuando no consideramos a las cosas superfluas como un fin en sí mismas.


La templanza es la virtud de vivir en la moderación y actuar con sobriedad. La sobriedad se manifiesta cuando somos capaces de reducir o disminuir la intensidad de algo considerado como excesivo. La sobriedad lleva implícita la prudencia, la sensatez, el buen juicio y la cautela. 

¿Entonces porqué no ser sobrios? ¿Debemos vivir preocupados de los apetitos? Vivimos muchas veces bajo la inclinación y el instinto que nos lleva a satisfacer deseos o necesidades de cualquier cosa, lo que nos produce una vida desordenada, pendiente solo de satisfacer los apetitos. 


“Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también tu corazón”. El tesoro inagotable, está en los cielos, allí están “las reservas que no se acaban”


La sobriedad nos debe hacer ver la vida con criterios distintos, es decir, no debemos llevarnos por el afán de poseer cosas que son innecesarias, y adquirir una serie de bienes más para satisfacer deseos de vanidad o placer, algo que muchas veces se hace enceguecido por el egoísmo y la presunción.


Si buscamos la vida eterna, tenemos que ir por un camino lejos de lo inmoderado, y más cercano de lo sobrio, en todos los sentidos de la palabra, en el comer y vestir. Leemos en el Evangelio: “No estén pendientes de lo que comerán o beberán: ¡no se atormenten!” “el Padre de ustedes sabe lo que ustedes necesitan”

La sobriedad nos permite ver más allá del placer temporal, es decir podemos entrever el misterio de lo eterno. La sobriedad nos entregará valores perdurables, y con ella sabremos mejor que es lo que vale en nosotros.





13 de noviembre de 2017

ESTÉN PREVENIDOS PORQUE NO SABEN EL DÍA NI LA HORA


Mientras tanto, llegó el esposo:
 las que estaban preparadas entraron con él en la sala nupcial
y se cerró la puerta. 
Después llegaron las otras jóvenes y dijeron:
“Señor, señor, ábrenos”, 
pero él respondió: “Les aseguro que no las conozco”. 
Estén prevenidos, porque no saben el día ni la hora”.
(Mt. 25, 10 13)



De la reflexión del Monasterio del Cristo Orante

“Mientras tanto, llegó el Esposo”.

No podría ser ni más tremenda ni más fascinante la expresión y lo expresado. Incluso ese aire casual que le agrega el Señor, que lo dice con un tono neutro como si avisara que “entonces salió el sol o que empezó a llover…” incluso ese modo tan opaco de decir las cosas más sublimes, conmociona, descoloca, derriba.

Mientras tanto, llegó el Esposo.

No dice “después”, sino “mientras tanto”. 

¿Qué tanto hay en ese mientras tanto? Evidentemente poco, muy poco. Su regreso está próximo y cada noviembre la Iglesia se esmera en refrescarnos esta inminencia… que para Navidad ya es una noticia vieja y olvidada mientras nos disponemos a programar minuciosamente el año siguiente, en sus cuatro estaciones.

Mientras tanto, llegó el Esposo.

Por mientras, dicen en el campo. ¿Mientras qué? Mientras planificamos las vacaciones, mientras vemos madurar las uvas en el viñedo y creemos inexorable la llegada de abril y su vendimia. A lo más nos permitimos preguntarnos: ¿habrá mucha uva para abril? Pero jamás se nos cae de la boca un: ¿habrá abril?

Mientras tanto, llegó el Esposo.
Pocos tópicos han sido tan descuidados como el del Retorno de Cristo. No tanto por reformado —al modo de otros anaqueles de la Doctrina— sino sencillamente descuidado, ninguneado, como se abandona una casa o un terreno dejando que los yuyos lo cubran.

Nos atañe —casi con urgencia— reacondicionar las abandonadas ruinas de lo que en otros siglos de nuestra Fe fuera el nudo más lumbroso e imantante de cuanto cree y moviliza la vida de un creyente: Cristo vuelve.

Un grito lo precede. 
No una solicitada del diario, ni una bula papal ni un tratado teológico.
No, no: un grito.
¿Quién grita?
El vigía nocturno, desde su mangrullo.
Es curiosa la situación, pues el custodio de la ciudadela suele cuidar el fortín y avisa de la llegada del enemigo. Y aquí es al revés: la casa está tomada, sometida, y el vigía, a voz en cuello, avisa que llega la liberación, que avanza desde el horizonte el rescatista, el Libertador. Es un grito de alerta y júbilo, de aviso y exultación.


12 de noviembre de 2017

LA SANGRE DE LOS MÁRTIRES ES SEMILLA DE CRISTIANOS

EL MISTERIO  DE LA INIQUIDAD 

Y LA CONFESIÓN DE LOS MÁRTIRES



Ayer, en el Palacio Arena de Madrid, el cardenal Amato en nombre del Papa Francisco presidió la Misa de Beatificación de 60 mártires vicencianos (sacerdotes, relligiosos y laicos). Su homilía fue magnífica (ver vídeo abajo)

Ante una oleada de odio fratricida, el testimonio de la fuerza del bien que confiesan los mártires con su vida es una luz esplendorosa y es semilla de nuevos cristianos, gracias a su ejemplo de vida y a su intercesión celestial.

En España, entre los años 1936 a 1939, fueron miles los católicos asesinados por odio a la fe: el misterio de la iniquidad llevado a un grado superlativo.

Es necesario tenerlo presente como recuerdo de la macabra exaltación del mal y del odio. Como también el testimonio admirable de tantos hombres y mujeres que respondieron al mal con el bien, siendo coherentes con sus convicciones sin recurrir a la violencia. Y la Iglesia los celebra para invitar a los fieles a permanecer firmes en la fe.

https://youtu.be/b7iDzO_OYhg

8 de noviembre de 2017

UN GRANDE DE ESPAÑA

8 de noviembre (1517-2017)
500 años del fallecimiento del Cardenal Francisco Jiménez de CISNEROS


Una antigua biografía de este gran español, fue titulada con estas significativas frases “ARQUETIPO DE VIRTUDES, ESPEJO DE PRELADOS”.


La vida y la obra del Cardenal Cisneros, en tiempos difíciles para la consolidación de España como nación y para la vida de la Iglesia, fue una estela luminosa, que posee una actualidad asombrosa, tanto en su admirable labor religiosa como también en su gigantesca tarea como hombre de Estado.

Leer su prolífica historia es bucear en el alma de un hombre de fe firme y un gran humanista que estaba convencido que era necesaria una Reforma (aún antes que Lutero) que debía sostenerse en dos pilares: el MORAL y el INTELECTUAL.

El escritor español José María Pemán, pone en boca de Cisneros unos versos excelsos, en su poema dramático referido al confesor de la Reina Isabel. El cardenal responde a la Reina Isabel la Católica, cuando ésta le dice que, si se retira a la vida de eremita franciscano, sería como “sepultarse en vida”:

El que no sabe morir
mientras vive, es vano y loco;
morir cada hora su poco
es el modo de vivir.

Igual que el sol hay que ser
que con su llama encendida,
va, acabando y renaciendo,
de tantas muertes tejiendo
la corona de su vida.

Por eso busco el sufrir,
para, como el sol, decir
que de la muerte recibo
nueva vida, y que si vivo,
vivo de tanto morir.


Es una buena síntesis de las motivaciones del Cardenal Cisneros, que refiere a la política, donde los intereses y egoísmos, los secesionismos, los beneficios económicos, la corrupción y la violencia priman sobre el servicio al bien común. Y también a la vida de fe, con sus luces y sus sombras.

Es muy bueno mirar la Historia, "magistra vitae". Ella puede ayudarnos a entender la actual situación moral, religiosa y política de nuestra sociedad.

Un homenaje justo y agradecido a esta gran personalidad española, que es venerable de la Iglesia.

4 de noviembre de 2017

ANTE LA TENTACIÓN DE LA APOSTASÍA

A NUESTRA SEÑORA 

en momentos de incertidumbre y confusión




Pueden caer los muros venerables
que albergaron la fe de los mayores,  
pueden perder el brillo los fulgores 
de las verdades que son inmutables.

Pueden los templos tornarse inhabitables 
sacando a Dios por dar al hombre honores,
pueden volverse de hule las flores
y los granos de sal ser no-salobres.

Pero nunca podrá la apostasía
manchar con ruda mano la inocencia
de una voz que a la Virgen se aquerencia,

con lágrimas pidiendo a porfía
crucificada con la penitencia
que vuelva Cristo a rescatar su herencia.


La imagen de Nuestra Señora Ter Admirabilis de Shoenstatt
Rodeada por el lema:
"SERVUS MARIAE NUNQUAM PERIBIT"