Relicario de la Beata Madre Catalina
Que se presentó en la celebración de su
beatificación del 25 de noviembre de 2017
ELEMENTOS SIMBÓLICOS
El relicario es semejante a una custodia porque la Beata Catalina de
María es eminentemente Cristocéntrica, amante de la Eucaristía, apasionada por
el Corazón de Jesús: la inspiración del Instituto, que ella llama “su sueño
dorado” se lleva a cabo cuando se dirigía, como de costumbre a la Iglesia de
las Catalinas a adorar el Santísimo Sacramento.
Muestra dos círculos concéntricos:
El mayor revela la presencia del Señor, porque en Dios vivimos, nos movemos y existimos (Hech. 17, 28);
Él es el que da la vida y aliento a todas las cosas, les ha prefijado el
orden de los tiempos y los límites de su habitar (Hech. 17, 25-26).
El círculo pequeño revela la vida de la Beata Catalina de María, cimentada en la espiritualidad ignaciana, centrada en Cristo: allí está manifiesta su reliquia para la veneración.
Cuatro cruces:
Éstas unen ambos círculos y sintetizan las diferentes etapas de vida de la Beata Catalina de María: soltera, casada, viuda y consagrada en la vida religiosa.
La cruz de la izquierda refleja su primera etapa: infancia y juventud. A los 17 años tiene la experiencia de sus primeros Ejercicios Espirituales, allí percibe el llamado a la consagración, dedicándose con ahínco al servicio de los mismos y a las obras de misericordia.
La cruz inferior: su vida matrimonial donde resaltan una gema que perteneció a un anillo y un prendedor de dama, próximo a éste a ambos extremos dos pequeñas piedras que nos hablan de sus dos hijos del corazón, Benito y Deidamia hijos del Coronel Manuel Antonio Zavalía y la tercera en la parte inferior, su hijita Catalina que muere antes de nacer.
La cruz de la derecha su estado de viudez en el que nuevamente surge con fuerza la idea de concretar su sueño dorado. Después de siete años de luces y sombras logra fundar el Instituto que tanto anheló.
Las cruces laterales presentan cada una, cinco piedras de color que simbolizan las diez casas fundadas con ayuda del cofundador el canónigo doctor David Luque y en la cruz superior dos piedras que son las dos casas que funda personalmente: Buenos Aires en 1893 y San Luis en 1895.
La cruz superior que presenta una mayor relevancia con piedras blancas transparentes y luminosas representa el Instituto que hoy se proyecta hacia el mundo entero cumpliendo el anhelo de la Beata Catalina de María: “Deseo que como ángeles veloces vuelen las Esclavas y se repartan por todo el mundo trabajando por la gloria de Dios”
Los que llevaron las Reliquias
El día 25 de noviembre en la misa de Beatificación, las reliquias de Madre Catalina ubicadas en su relicario, fueron llevadas en procesión por estas personas:
Hna Emma Paulinelli - Religiosa, Esclava del Corazón de Jesús. Vice postuladora de la causa, custodia e investigadora de los escritos de la Madre, de sus memorias y cartas. Hija fiel de Madre Catalina. Por muchos años acompaña con mucha devoción al Apostolado de la Oración. Actualmente vive en la comunidad de María Reina, Córdoba.
Madre Marita Barrionuevo - Religiosa, Esclava del Corazón de Jesús. Vice postuladora de la causa responsable del proceso diocesano llevado a cabo en Tucumán y de la fase romana del Milagro. Pertenece a la comunidad de Tucumán. Su tarea pastoral está relacionada al Colegio, al Centro de día San José de niños en Tucumán, a la misión Wichi y misión Pichanal, siendo presencia reparadora para muchos.
Eugenia Valdéz. Hija de Sofía Acosta, a quien Catalina de María le hizo el milagro de devolverle la vida. Fue Eugenia quien invocó con fe su intercesión. Maestra de inglés del Colegio Sagrado Corazón de Jesús de Tucumán. Confianza inquebrantable en Madre Catalina, testimonio de su presencia en la comunidad pastoral y en su familia.
Pbro. Santos Moyano, Sacerdote diocesano de Córdoba, familiar de Madre Catalina, descendiente de Estaurófila, su hermana. Pastorea la parroquia de María y José.
Hermano José Molina. Religioso, representa a la Compañía de Jesús a quien Catalina de María reconocía como familia espiritual. También integró el tribunal diocesano de Tucumán, siendo perito médico. Actualmente pertenece a la comunidad de la Sagrada familia de los jesuitas en Córdoba.
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