MADONNA DEI TRAMONTI
NUESTRA SEÑORA DE LOS OCASOS
El famoso cuadro de Lorenzetti del altomedioevo,
nos enseña que no es bueno “vestir a un santo para desvestir a otro”
ni tampoco “preferir a uno para denostar a otro”
nos enseña que no es bueno “vestir a un santo para desvestir a otro”
ni tampoco “preferir a uno para denostar a otro”
La obra es un cuadro al fresco
llamado LA SEÑORA DE LOS OCASOS (en italiano MADONNA DEI TRAMONTI) y se
encuentra en la Basílica inferior de Asís, donde se hallan los restos del San
Francisco.
La razón del sobrenombre es sencilla y luminosa. El fresco que pintó Pietro Lorenzetti (c. 1320) digno hijo de la escuela de Siena, tiene enfrente un ventanal que deja pasar la luz del sol cuando se pone, en el tramonto de Asís, en el ocaso. Y así es como, con la luz del ocaso, se ilumina el fresco que está en la capilla dedicada a san Juan Bautista. Y de allí su nombre.
La presentación
oficial franciscana de este magnífico cuadro dice:
El ciclo lorenzettiano halla su sereno y sonriente epílogo en el
conocidísimo cuadro de la Virgen que ensalza a Francisco. Invita gentilmente al
Niño Jesús a bendecir a nuestro Santo, señalado su cuerpo con las llagas de la
Pasión, y anteponiéndolo, por este motivo, al Apóstol predilecto, Juan.
La Virgen de los Ocasos: es llamada así esta imagen porque durante las
puestas de sol queda iluminada por los rayos del astro que se filtran a través
de un ventanal que está enfrente.
Es la obra maestra de Lorenzetti por la gracia y suavidad de la
figura, por la eficacia expresiva, por lo luminoso y transparente del color.
La Virgen, con el Niño en los brazos, tiene a su derecha a san
Francisco y a su izquierda a san Juan Evangelista. El rostro de ella, lleno de
ternura, se dirige hacia el Hijo con expresión bendecidora y a la vez
interrogativa: la Madre parece responder volviendo hacia san Francisco el
pulgar de la mano derecha. Es una sagrada conversación que ofrece ocasión para
muchas interpretaciones.
Pareciera que la Virgen le estaría preguntando
al Niño cuál de los dos santos elegiría, y el Niño le estaría contestando: los
dos.
Explicación estética:
UNA OBRA QUE IMPLICA UNA BISAGRA EN EL ARTE RELIGIOSO: GESTOS
QUE ABREN LA PUERTA AL ARTE MODERNO
En la Basílica Inferior de la iglesia de San
Francisco de Asís, en el transepto izquierdo de la capilla de María Magdalena,
incluyendo frescos de Cimabue, Giotto y Simone Martini, se puede admirar el
fresco de Pietro Lorenzetti en representación de cuatro personajes, dos de los
cuales participan en un diálogo.
En el centro del fresco hay una escena de la
vida cotidiana: la Virgen y el Niño están ocupados hablando con gestos que
indican el diálogo existente. Diálogo, aparentemente mudo, pero explicado por
gestos, que nos hacen partícipes.
Un niño maravilloso, sentado cómodamente en
brazos de su madre, pide su atención con los dedos de la mano y pide hablar
sobre una cuestión. La madre, con un aire casi severo, escucha con atención.
Las dos figuras a ambos lados son: San Juan Apóstol y San Francisco, y el niño
le indica que no debe confundirse en la elección: "Dime madre, ¿quién
debería ponerse en primer lugar"? Y la madre responde, señalando con el
pulgar de su mano derecha a San Francisco, como diciendo: estamos en su casa.
Esos gestos el arte los convierte en diálogo.
Por lo tanto, el fresco es una escena de la vida cotidiana, en la que se puede
ver y leer connotaciones precisas que son expresividad relevante –no hierática-
de la humanidad de ambos.
Para ayudar el diálogo, cuidado y tranquilo,
los dos santos. El dulce rostro de la Virgen; una madre atenta a las preguntas
de su hijo, con una serie de elementos expresivos, que caracterizan en el gesto
y la mirada. Ese gesto provoca en el visitante una fuerte emoción en presencia
de una Virgen que es esencialmente madre y marca una evolución en el concepto
de arte que, se convierte en una expresión de la vida misma.
Se trata de "La Virgen de Tramonti",
llamado así porque el fresco de Lorenzetti está en frente de una ventana desde
la que un rayo de luz solar que entra en la hora de la puesta del sol, lo
ilumina en toda su belleza. Un rayo de sol que parece iluminar un gesto que
abre la puerta a la pintura moderna.
Pietro Lorenzetti (Siena, ca.
1280-1285 - ca. 1348), pintor italiano del siglo XIV fue uno de los maestros de
la escuela de Siena, y hermano mayor de Ambrogio Lorenzetti. Completó su
formación con el Duccio, y Simone Martini.
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