Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

17 de marzo de 2020

UNA BREVE ANÉCDOTA EN ESTOS DÍAS DE CORONAVIRUS

LA INUNDACIÓN

Una anécdota de una novela clásica
que nos muestra el valor infinito de la Misa.



En estos días de coronavirus, cuando casi hora a hora nos llegan instrucciones diversas y hasta veamos los templos cerrados, me he acordado de una hermosa historia de ese buen párroco italiano Don Camilo, un clásico de la literatura italiana.

En una de esas edificantes novelas, se relata que, una vez más, se había desbordado el río Po, y la aldea inundada del párroco don Camilo tuvo que ser abandonada. 

Todos marcharon menos el cura, que se trasladó a vivir a la torre de la iglesia. Allí, en su torre, él seguía tañendo las campanas y celebrando la Misa a la hora de siempre, porque decía que la gente, en la distancia, al escuchar las campanas, se sentiría reconfortada y sabría que Dios seguía cuidando de cada uno. Y que la Misa tiene un valor infinito (aún sin pueblo), ya que es la actualización del sacrificio de la Cruz, que el sacerdote ofrece “in persona Christi”.

Una celebración de la Eucaristía muy especial, él solo, y por todo su querido pueblo. Estarían lejos, pero sabían que la Misa la celebraba su Párroco en su iglesia parroquial por todos.

(tomado del blog DE PROFESIÓN CURA
de D. Jorge González Guadalix)

No hay comentarios:

Publicar un comentario