Fiesta litúrgica
de la
CÁTEDRA DE SAN PEDRO
En el ábside de
la basílica de San Pedro se encuentra el monumento a la Cátedra del Apóstol,
colosal obra madura de Bernini, realizada en forma de gran trono de bronce,
sostenido por las estatuas de cuatro doctores de la Iglesia, dos de Occidente
(san Agustín y san Ambrosio), y dos de Oriente, (san Juan Crisóstomo y san
Atanasio).
El trono tiene en su respaldo un dibujo que representa
la escena de “Claves caeli Christus dedit Petro”
(la entrega de las llaves a Pedro)
Esta obra tan
sugestiva, que se destaca en la visita a la Basílica vaticana, remite a la
misión principal de Pedro y sus sucesores: ser el principio y el fundamento
visible de la unidad de la fe de la Iglesia.
Elevando la mirada hacia la vidriera de alabastro que se encuentra exactamente sobre la Cátedra, se encuentra la conocida paloma que simboliza al Espíritu Santo. Porque, justamente, el ministerio petrino tiene su razón de ser en enseñar y santificar a los hombres.
Celebrar la
Cátedra de Pedro, (fiesta litúrgica muy antigua, que se remonta al siglo IV)
como hoy lo hacemos, significa, por tanto, atribuir a ésta un fuerte
significado espiritual y reconocer en ella un signo privilegiado del amor de
Dios, que quiere reunir a toda su Iglesia y guiarla en la integridad de la fe,
edificada sobre la piedra de la confesión apostólica.
Tu es Petrus
Et super hanc petram ædificabo ecclesiam meam
Et portæ inferi non prævalebunt adversus eam.
Et tibi dabo claves regni cælorum.
(cf. Mt. 16, 18-19)
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