SAN JUAN PABLO II,
su "dies natalis"
Un día como hoy, el 2 de abril de
2005, fallecía en el Palacio Apostólico del Vaticano el recordado papa Woityla.
Hace 13 años nos dejaba, después de una
dolorosa enfermedad que lo mostró con su personalidad admirable de fortaleza y
fidelidad impertérritas en su tarea de ser principio visible de la unidad de la
fe de la Iglesia.
En este feriado del 2 de abril, día de recordación
de los caídos en la Guerra de las Malvinas, rendimos homenaje al Pastor
solícito e intrépido que no dudó en venir hasta este confín del mundo y estar
31 horas en nuestro suelo, como escribió en la carta del 25 de mayo de 1982: «A
los queridos hijos e hijas de la Nación Argentina: Os escribo por mi propia
mano porque siento que debo repetir el gesto paternal del Apóstol Pablo hacia
sus hijos, abrazándolos en la fe... Mi viaje es el viaje de un padre que quiere
acompañar a sus hijos que sufren... ».
Y en esos dos días memorables nos habló
de paz y concordia en las Misas que celebró en los Bosques de Palermo y en
Lujan, en momentos muy aciagos para nuestro país.
Otro gesto magnánimo del Papa Juan Pablo
hacia la Argentina fue, a pocos días de haber iniciado su extraordinario
pontificado, ofrecer su mediación en el diferendo con Chile por la zona del
Beagle. Lo hizo en momentos en que el gobierno argentino estaba dispuesto a
iniciar una guerra con el país hermano. Y el santo Papa envió al extraordinario
e inolvidable diplomático, el cardenal Samoré, cuya labor incansable concluyó
con el providencial Tratado de 1984.
Lo recordamos con su famosa jaculatoria,
con la que siempre iniciaba sus alocuciones: LAUDETUR IESUS CHRISTUS! Todo su Magisterio excepcional fue un
noble canto al Redentor del hombre, invitando a no tener miedo a abrir las
puertas a Él.
Falleció en la víspera del domingo de la
Divina Misericordia, solemnidad litúrgica por él instituida en el segundo
domingo de Pascua. Sus últimas palabras, con voz trémula fueron: "Déjenme ir con el Señor. Amen."
Sanctus Ioannes Paulus II
Ora pro nobis! Orate pro Ecclesiae et Argentina!
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