VI VIERNES DE CUARESMA
MARÍA AL PIE DE LA
CRUZ
ANTESALA DE LA
SEMANA SANTA
La imagen de la Virgen Esperanza Macarena es la devoción mariana mayor de la Semana Santa sevillana, y aquí aparece vestida de luto, con un magnífico manto de terciopelo negro y bordados en oro. Su rostro, a la vez doloroso y con un sereno gozo, recuerda a la Virgen de las Angustias de Córdoba
En este
último viernes, antes del Domingo de Ramos, (llamado antiguamente “Viernes de
Pasión o de Dolores”) la Iglesia recuerda a la Madre de Dios al pie de la Cruz.
Las imágenes de esta advocación muestran a Nuestra Señora con un agridulce semblante, así como se presenta el propio Domingo de Palmas, entre Hosanas y Crucifícale.
Las imágenes de esta advocación muestran a Nuestra Señora con un agridulce semblante, así como se presenta el propio Domingo de Palmas, entre Hosanas y Crucifícale.
La memoria de Nuestra
Señora de los Dolores, preparada por la literatura ascética del siglo XII, fue introducida
primeramente en Alemania por el Sínodo Provincial de Colonia en 1423.
El papa Benedicto XIII en 1727 la extendió a toda la
Iglesia con el título de “Memoria de los Siete Dolores de
la Bienaventurada Virgen María”, poniéndola el sexto viernes de Cuaresma (el
viernes anterior a la Semana Santa) para
recordar los dolores que padeció la Virgen María durante la pasión de su Hijo.
Esta antigua celebración mariana tuvo
mucho arraigo en toda Europa y América, y aún hoy muchas de las advocaciones de
la Virgen del tiempo de Semana Santa, tienen su día principal durante el Viernes de Dolores,
El Concilio Vaticano II consideró,
dentro de las diversas modificaciones al calendario litúrgico, suprimir las
fiestas consideradas “duplicadas”, esto es, aquellas que se celebren dos veces
en un mismo año.
Por ello la memoria principal de
los Dolores de Nuestra Señora es celebrada el día15 de septiembre.
La Santa Sede ha
dispuesto que, en los lugares donde se halle fervorosamente arraigada la
devoción a los Dolores de María, este día puede celebrarse sin ningún
inconveniente con todas las prerrogativas que le son propias.
Tal es el caso de
la Argentina, donde multitud de templos y capillas están nominadas con este
título mariano. En nuestro país la memoria litúrgica de este día se llama MARÍA AL PIE DE LA CRUZ.
La inmemorial
jaculatoria del Vía Crucis es muy expresiva, y nos introduce en el “clima
litúrgico” de la Semana Santa:
“BENDITA Y
ALABADA
SEA LA PASIÓN Y MUERTE
DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO,
Y LOS DOLORES
DE
SU SANTÍSIMA MADRE”.
Bienaventurados
los que lloran,
porque ellos serán consolados"
(Mt. 5,5,)
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