Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

15 de septiembre de 2018

IUXTA CRUCEM JESU MATER EJUS


MATER DOLOROSA
(15 de septiembre)

Altar de la Virgen de los Dolores en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, 
con su clásico manto negro bordado


La Iglesia, con la sabiduría de siglos de su depósito litúrgico, conmemora hoy a la Virgen María acompañando a su Hijo en su dolor.

Lo hace al día siguiente de la Exaltación de la Santa Cruz, como insinuando el papel de correndentora de la Madre de Dios.

Esta devoción mariana tiene un sólido sustento bíblico, desde aquella profecía del anciano Simeón, cuando le dice a María que “una espada atravesará tu corazón…” (cfr. Lc, 2, 35)

La Salve Regina lo expresa con sublimes palabras: "Ad te suspiramus gementes et flentes in hac lacrimarum valle..."

La tradicional piedad española la recuerda como la Virgen de los Dolores, también es conocida como Virgen de la Amargura, Virgen de la Piedad, Virgen de las Angustias o La Dolorosa.

En Argentina, muchos templos están dedicados a estos nombres, y varios pueblos y ciudades la tienen como patrona. La ciudad de Dolores en la provincia de Buenos Aires y Villa Dolores en Córdoba hacen alusión a este santo apelativo.

La devoción popular ha compuesto un septenario de oración, acompañando a María en sus siete dolores que narran los Evangelios:

1. La Profecía de Simeón ya comentada (Lc. 2, 32-35)
2. La Huida a Egipto (Mt. 2, 13-15)
3. La pérdida del Niño Jesús en el Templo (Lc. 2, 43-45)
4. El encuentro de María con su Hijo en el Vía Crucis.
5. Al pie de la Cruz en la crucifixión de su Hijo (Jn.19, 17-39)
6. En el descendimiento de la Cruz (Mc. 15, 42-46)
7. En el entierro de Jesús (Jn. 19, 40-42)

Mater dolorosa

Ora pro nobis!


El arte de todos los tiempos ha representado a la Madre dolorosa con rasgos inolvidables.
Cuatro ejemplos de los muchísimos:
La Dolorosa en la entrada de la Basílica del Valle de los Caídos, en Cuelgamuros, Madrid.


Los siete dolores de la Virgen (de Tempesta), en la Basílica romana de San Stefano Rotondo del Monte Celio del siglo V.



Reverso de la medalla milagrosa, que tiene la Cruz redentora, el monograma de María y, entre otros símbolos, el corazón traspasado de la Madre.





No hay comentarios:

Publicar un comentario