Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

24 de septiembre de 2018

LA IGLESIA ANTE EL MUNDO


CINCO PELIGROS PARA LA IGLESIA

Del libro “NO ANTEPONER NADA A CRISTO”
del Cardenal Carlo Cafarra



1º) La  alternativa a una “Iglesia sin doctrina” no es una “Iglesia pastoral” sino una “Iglesia del arbitrio y esclava del espíritu del tiempo”. “Praxis sine theoria caecus in via” (la práctica sin la teoría es como un ciego en el camino) decían los medievales.

Este peligro es grave, y si no se derrota, causa daños gravísimos a la Iglesia, al menos por dos razones:

  • -         La primera es que al ser la doctrina sagrada nada menos que la divina Revelación del plan divino sobre el hombre,  si la acción de la Iglesia no está arraigada en ese plan, ¿qué puede la Iglesia decirle al hombre?
  • -         La segunda razón es que cuando la Iglesia no se protege ante este peligro, corre el riesgo de respirar el “dogma central del relativismo”


En lo que respecta al culto que debemos a Dios y la atención que debemos al hombre, es indiferente lo que pienso de Dios y del hombre (la “cuestio de veritate” se convierte en una cuestión secundaria)


2º) El segundo peligro es olvidar que la clave interpretativa de toda la realidad, y en especial de la historia humana, no está dentro de la misma historia. Es la fe. San Máximo el confesor considera que el verdadero discípulo de Jesús piensa en todas las cosas por medio de Jesucristo, y a Jesucristo por medio de todas las cosas.

Un ejemplo de la actualidad lo pinta claramente: el ennoblecimiento de la homosexualidad a la que asistimos en Occidente no hay que interpretarlo y juzgarlo como criterio con la corriente hoy dominante en nuestro medio o el valor moral de respeto que se debe a cada persona. El criterio debe ser la doctrina sagrada sobre la sexualidad, el matrimonio y el bimorfismo sexual humano. La lectura de los signos de los tiempos debe ser una tarea teologal y teológica,


3º) El tercer peligro es el primado de la praxis, peligro de origen marxista. Me refiero al primado fundacional: “el fundamento de la salvación del hombre es la fe en el hombre no su acción”. Lo que debe preocupar a la Iglesia no es, en primer lugar, la cooperación con el mundo en grandes procesos operativos para alcanzar objetivos comunes . La infatigable preocupación de la Iglesia debe ser que el mundo crea en Aquél que el Padre envió para salvar al mundo.

El primado de la praxis lleva a lo que un pensador del siglo pasado llama “la dislocación de las personas divinas” y entonces la segunda persona divina no es el Verbo sino el Espìritu Santo.


4º) El cuarto peligro, muy unido al anterior, es la reducción de la propuesta cristiana a una exhortación moral. Es el peligro pelagiano, que San Agustín llamaba el horrendo veneno del cristianismo. Esta reducción tiene el efecto de hacer que la propuesta cristiana sea aburrida y repetitiva. Sólo Dios y su acción es siempre imprevisible, y de hecho el centro del cristianismo no es la acción del hombre sino la acción de Dios.


5º) El quinto peligro es el silencio sobre el Juicio de Dios, por medio de una predicación de la misericordia divina, hecha de tal modo que corre el riesgo de hacer desaparecer, de la conciencia del hombre que la escucha, la verdad de que Dios juzga al hombre.



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