SOLEMNIDAD DE LA SANTÍSIMA
TRINIDAD
Concluido el
tiempo pascual,
la Iglesia nos
invita en este domingo
a invocar a “Dios
Padre, que con el Hijo y el Espíritu Santo recibe una misma adoración y gloria”.
El Prefacio de
hoy es una síntesis
de esta fe en el
Dios uno y trino:
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno:
es nuestro deber y salvación
darte gracias siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno:
Que con tu Hijo único y el Espíritu Santo
eres un solo Dios, un solo Señor,
no una sola Persona,
sino tres Personas distintas
de una misma naturaleza.
Cuanto creemos de tu gloria, Padre,
porque Tú lo revelaste,
lo afirmamos también de tu Hijo
y del Espíritu Santo, sin diferencia alguna.
Por eso, al proclamar nuestra fe
en la verdadera y eterna Divinidad,
adoramos a tres personas distintas,
de única naturaleza e iguales en dignidad.
Cuanto creemos de tu gloria, Padre,
porque Tú lo revelaste,
lo afirmamos también de tu Hijo
y del Espíritu Santo, sin diferencia alguna.
Por eso, al proclamar nuestra fe
en la verdadera y eterna Divinidad,
adoramos a tres personas distintas,
de única naturaleza e iguales en dignidad.
VIVAT DEUS, UNUS ET TRINUS
IN CORDIBUS NOSTRIS!
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