Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

24 de julio de 2016

LA MYRÓFORA

SANTA MARÍA MAGDALENA, 

modelo de penitente


Por muchos siglos en la Iglesia hubo una tradición muy arraigada que identificaba a María de Magdala con la mujer que unge con perfumes los pies de Jesús. Y la Liturgia enseñaba la importancia de la penitencia en el camino de la misericordia divina.

En este Año Jubilar de la Misericordia es bueno recordar la figura de la mujer arrepentida.

En la tradición oriental a las mujeres que el Evangelio nos presenta llevando perfumes y ungüentos se las llama "myróforas"

Este día se leía la lectura evangélica  (Lc.7, 35-50) donde se narra el episodio de la mujer que unge con perfumes los pies de Jesús y los enjuga con sus cabellos antes de su llegada a Jerusalén.

Dos breves reflexiones de dos Doctores de la Iglesia sobre este episodio bíblico:     


“Así como después de un crudo invierno, aparece la calma de la primavera, así después de la efusión de lágrimas, aparece la tranquilidad y termina la tristeza que ocasionan las culpas. Y así como por medio del agua y del espíritu nos purificamos, así también por medio de las lágrimas y de la confesión. Por esto sigue: "Por lo cual le dijo: que perdonados le son muchos pecados, porque amó mucho". 
                                  SAN JUAN CRISOSTOMO

“Con los ojos había apetecido las cosas de la tierra, pero ahora lloraba con los mismos en señal de penitencia. Con sus cabellos, que antes había adornado para engalanar su rostro, ahora enjugaba las lágrimas. Por lo que sigue: "Y los enjugaba con los cabellos de su cabeza". Con la boca había hablado palabras de vanidad, pero ahora, besando los pies del Señor, consagra sus labios a besar sus plantas. Por esto sigue: "Y le besaba los pies". Había usado los perfumes para dar buen olor a su cuerpo, pero esto, que hasta aquí había empleado en la inmodestia, lo ofrecía ahora al Señor de una manera laudable. Por lo que sigue: "Y los ungía con el ungüento". Todo lo que había tenido para su propia complacencia ahora lo ofrece en holocausto. Todos sus crímenes los convirtió en otras tantas virtudes, para consagrarse exclusivamente al Señor por medio de la penitencia, tanto como se había separado de El por la culpa” 
                                   SAN GREGORIO MAGNO






Altar  lateral de la Misericordia Divina en la Basílica porteña del Espíritu Santo, con el Sagrado Corazón de Jesús y dos grandes penitentes: San Agustín, obispo y Santa María Magdalena, con su frasco de perfumes y ungüentos (la myrófora).

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