AL NACIMIENTO DE
CRISTO, NUESTRO SEÑOR
De unos sonetos clásicos españoles,
que maravillan por su calidad literaria y su profundidad espiritual. Joyita de
la gramática española
Pender de un leño, traspasado el
pecho,
y de espinas clavadas ambas sienes,
dar tus mortales penas en rehenes
de nuestra gloria, bien fue heroico hecho;
y de espinas clavadas ambas sienes,
dar tus mortales penas en rehenes
de nuestra gloria, bien fue heroico hecho;
pero más fue nacer en tanto estrecho,
donde, para mostrar en nuestros bienes
a dónde bajas y de dónde vienes,
no quiere un portalillo tener techo.
donde, para mostrar en nuestros bienes
a dónde bajas y de dónde vienes,
no quiere un portalillo tener techo.
No fue ésta más hazaña, oh gran Dios
mío,
del tiempo por haber la helada ofensa
vencido en flaca edad con pecho fuerte
del tiempo por haber la helada ofensa
vencido en flaca edad con pecho fuerte
(que más fue sudar sangre que haber
frío),
sino porque hay distancia más inmensa
de Dios a hombre, que de hombre a muerte.
sino porque hay distancia más inmensa
de Dios a hombre, que de hombre a muerte.
Luis de Góngora y Argote
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