DIOS SE ENCARNÓ DE MARÍA VIRGEN
Y SE HIZO HOMBRE
Y apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo:
«¡Gloria a Dios en las alturas,
y en la tierra, paz a los hombres amados por Él!»
(Lc. 2,13)
El contrapunto
entre `el cielo y la tierra`
del angélico canto
del “Gloria in excelsis Deo”
es el cántico que identifica la Navidad: DIOS SE HACE HOMBRE en la plenitud de los tiempos.
Y es la salutación propia del día de Navidad
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