Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

5 de enero de 2018

VENITE, ADOREMUS: En la Epifanía del Señor

LA ADORACIÓN DE LOS MAGOS

“La estrella que habían visto en Oriente los precedía,
hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el Niño. 
Cuando vieron la estrella, se llenaron de alegría, 
y al entrar en la casa encontraron al niño con María, su madre,
y postrándose, le adoraron.
Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones:
oro, incienso y mirra”. 
 (Mateo 2, 9-11)

“La palabra griega [para adoración] es proskynesis. Significa el gesto de sumisión; el reconocimiento de Dios como nuestra verdadera medida, cuya norma aceptamos seguir. Significa que “libertad” no quiere decir gozar de la vida, considerarse absolutamente autónomo, sino orientarse según la medida de la Verdad y del Bien, para llegar a ser, de esta manera, nosotros mismos.
Este gesto es necesario, aún cuando nuestra ansia de libertad se resiste, en un primer momento, a esta perspectiva.».
Benedicto XVI

   UNA OBRA DE ARTE QUE EXPRESA ESTA PROSKYNESIS



La foto es parte del Políptico de la iglesia de Santa María del Camino en Pisa.

Corresponde al pintor Masaccio (c. 1426) y es una tabla pintada donde se destacan los tres Magos de Oriente que, con una gran comitiva, llegan a Belén a adorar al Niño.

Esta magnífica pintura está titulada: “LA ADORACIÓN DE LOS REYES MAGOS”.

Tiene muchos elementos simbólicos muy ricos. Entre ellos:


-Ante todo el colorido que dimana expansivamente del Niño y su derredor, contrasta con la lobreguez del fondo del paisaje. 

-El dorado es usado para las aureolas de los tres miembros y las coronas de los Magos, como señal de realeza.


- Los servidores de estos Magos retiran de las cabezas de sus amos las coronas reales en señal de adoración.


- Los tres ofrecen sus dones, tal como lo narra el Evangelio, y sus manos juntas expresan el sometimiento del poder terrenal a la majestad divina, en una analogía del vasallo y su Señor.


- La comitiva de caballos y pajes muestra el esplendor de estos visitantes.


- El Rey Mago más anciano ya se ha postrado delante del Niño y besa sus pies. Su corona está en el suelo y San José sostiene el don ofrecido.


- El Rey Mago más joven se acerca al pesebre mientras un sirviente toma desde su cabeza la corona. Dos pasos más adelante, ya sin su corona (que carga a su lado otro paje) y de rodillas, el segundo rey une sus manos en un gesto de adoración.

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