Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

21 de julio de 2018

PAN DEL CIELO EN EL DESIERTO


“Panem quoque de cælo dedisti eis
in fame eorum,
et aquam de petra
eduxisti eis sitientibus,
et dixisti eis ut ingrederentur et possiderent terram,
super quam levasti manum tuam
ut traderes eis”.
(Nehemías, 9, 15)


para saciar su hambre,
hiciste brotar agua de la roca
para calmar su sed,
y les mandaste
ir a tomar posesión de la tierra
que, con la mano en alto,
habías jurado darles”.




16
 Pero nuestros padres se mostraron arrogantes,
se obstinaron y desoyeron tus mandamientos.

17
 Se negaron a obedecer, sin acordarse
de las maravillas que habías hecho por ellos;
se obstinaron, empecinándose en volver
a su servidumbre en Egipto.
Pero tú eres el Dios del perdón,
compasivo y misericordioso,
lento para enojarte y lleno de fidelidad;
por eso, no los has abandonado.

18
 Ellos se fabricaron un ternero de metal fundido,
diciendo: ‘Aquí está tu Dios,
el que te hizo salir de Egipto’,
y así cometieron un gran ultraje.

19
 Pero aún entonces,
por tu gran misericordia,
no los abandonaste en el desierto:
la columna de nube no se alejó de ellos de día,
para guiarlos por el camino,
ni la columna de fuego durante la noche,
para iluminarles el camino
que debían recorrer.

20
 Tú les diste tu buen espíritu,
para que supieran discernir;
no les quitaste el maná de la boca
y les diste agua para calmar su sed.

21
 Cuarenta años los sustentaste
en el desierto
y nunca les faltó nada:
no se gastaron sus vestidos
ni se les hincharon los pies.



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