LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO
Una nueva versión de la lucha de clases que avanza con mucha fuerza en la
Argentina. Antecedentes históricos y desarrollo
Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo".
Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer.
Y los bendijo, diciéndoles: "Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra".
(Génesis, 1, 26-28)
La ideología de género recoge la interpretación de
Friedrich Engels, expresada en su libro "El origen de la familia",
donde relata la historia de la mujer en relación con la técnica según la cual,
la propiedad privada convierte al hombre en propietario de la mujer. En la
familia patriarcal fundada sobre la propiedad privada, la mujer es explotada y
oprimida por el hombre. Por ende, el proletariado y las mujeres se convierten
en dos clases oprimidas.
La liberación de la mujer –sostiene Engels- pasa por la
destrucción de la familia y su ingreso al mercado del trabajo. Así, ocupará su
lugar en la sociedad de producción, ya sin el yugo marital ni la carga de la
maternidad.
El feminismo radicalizado reinterpreta la historia bajo
una perspectiva dialéctica neo-marxista, identificando a la mujer con la clase
oprimida y al hombre con la opresora. El matrimonio monógamo es la síntesis y
expresión del dominio patriarcal y toda diferencia es entendida como sinónimo
de desigualdad, por lo que es preciso acabar con ella.
"El primer antagonismo de clases de la historia
coincide con el desarrollo del antagonismo entre el hombre y la mujer unidos en
matrimonio monógamo, y la primera opresión de una clase por otra, con la del
sexo femenino por el masculino" (Friedrich Engels, "The origin of the
Family, Property and the State").
Para las feministas radicales, los marxistas fracasaron
por concentrarse en soluciones económicas sin atacar directamente a la
institución familiar, verdadera causante de las clases. En ese sentido, Shulamith
Firestone afirma la necesidad de destruir la diferencia de sexos: "...
Asegurar la eliminación de las clases sexuales requiere que la clase subyugada
(las mujeres) se rebele y tome el control de la reproducción; se restaure a la
mujer la propiedad sobre sus propios cuerpos, como también el control femenino
de la fertilidad humana (piénsese en las políticas de "salud
reproductiva"). La meta definitiva de la revolución feminista debe ser
acabar con el privilegio masculino y con la distinción de sexos".
Asimismo, inspirándose en el estructuralismo, la
ideología de género considera que cada cultura produce sus propias normas de
conducta y modela un tipo de mujer distinto. Según las sociedades, ciertas
tareas serán tradicionalmente consideradas como "tareas femeninas" y
otras como masculinas. De este modo; en esta nueva cultura, los papeles o
funciones del hombre y la mujer serían perfectamente intercambiables. La
familia heterosexual y monógama aparece como un caso más de práctica sexual
junto a la homosexualidad, el lesbianismo, la bisexualidad, el travestismo,
familias monoparentales masculinas o femeninas, y hasta uniones pedofílicas o
incestuosas.
Para lograr la igualdad definitiva entre hombre y mujer
es necesario: cambiar todos los roles masculinos y femeninos existentes;
considerar la familia actual como perimida; negar la identidad
biológica-psíquica-espiritual de ambos sexos; cambiar los términos que incluyen
tácitamente o excluyen a la mujer dentro del hombre (ej: "alumnos y
alumnas").
Conceptos
Según el profesor Schooyans, el concepto de género es utilizado por las feministas radicales como "ideología según la cual, los roles del hombre y la mujer no están dentro de la naturaleza, sino que son el resultado de la historia y de la cultura".
Las entidades propulsoras de esta filosofía como el
CLADEM (Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de
la Mujer) sostienen que "género" refiere a una ideología que niega el
fundamento natural de los roles tradicionales del hombre y la mujer y alega que
son puras invenciones sociales sujetas al cambio. En este contexto, la
sexualidad es reinterpretada en su totalidad.
La guerra semántica (conceptos utilizados por los
difusores de la ideología de género)
1. Perversidad polimorfa, sexualmente polimorfo: el ser
humano nace sexualmente indefinido. Por tanto, la atracción por personas del
otro sexo no es natural, sino socialmente impuesta.
2. Preferencia u orientación sexual: distinguen cinco sexos, heterosexual, homosexual, lesbiana, bisexual y transexual, con iguales derechos legales y sociales.
3. Homofobia: temor a las relaciones homosexuales por la heterosexualidad obligatoria.
4. Deconstrucción: denunciar las ideas y el "lenguaje hegemónico" para persuadir a la gente de que su percepción de la realidad es mera construcción social.
Primer blanco: la familia
Según Alison Jagger: "...La destrucción de la
familia biológica que Freud jamás visualizó permitirá la emergencia de mujeres
y hombres nuevos".
Así lo explica Christine Riddiough, colaboradora de la revista "Catholics for a Free Choice" ("Católicas por el derecho a decidir" –lobby "pro género-):
Así lo explica Christine Riddiough, colaboradora de la revista "Catholics for a Free Choice" ("Católicas por el derecho a decidir" –lobby "pro género-):
"La familia nos da las primeras lecciones de ideología de clase dominante y también provee de legitimidad a otras instituciones de la sociedad civil. Nuestras familias son las que nos enseñan primero la religión, a ser buenos ciudadanos... tan completa es la hegemonía de la clase dominante en la familia, que se nos enseña que ésta encarna el orden natural de las cosas".
El peligro de esta doctrina
El riesgo para la Nación de esta perniciosa doctrina son
sus tácticas de infiltración a través de la legislación, educación y sobre
todo, de los medios masivos de comunicación.
El propósito será "deconstruir" aquello que se
considera culturalmente como natural poniendo de manifiesto que no lo es, sino
que se trata de imposiciones culturales. A partir de allí aceptar la cuestión
del "género" e insertar su concepción en todos los organismos y/o
entidades (Ej: planes de estudio –ley 114 de la ciudad de Bs As; ley 418, ley
de educación sexual de la ciudad de Bs As, etc.; apertura de departamentos o
secretarías de "género", por ej: en los partidos políticos, en la
CGT, etc.).
Otro ámbito por el que se difunde afanosamente esta
ideología –buscando perversamente modificar el "sentido común" de la
población- es, como quedo dicho, a través de los medios de comunicación. Basta
observar en el ámbito de la televisión por ejemplo, la inclusión cada vez mayor
de conductores o panelistas "afeminados", travestis, etc., presentándolos
como algo normal ante la sociedad.
Volviendo al tema legislativo; además de las ya citadas,
debemos apuntar "la avanzada" que se efectúa a través de las leyes y
conferencias internacionales. Mediante este mecanismo se busca imponer la
doctrina de género a nivel global, universal, para desde allí incluirse en las
legislaciones y políticas públicas de los países. Por supuesto, consideramos
que esta forma de difusión y aplicación de la perspectiva de género en la
política interna de los Estados es esencialmente violatoria de la soberanía de
cada país y de la identidad cultural de nuestros pueblos. Las conferencias
internacionales sobre el tema arrancan en 1975 "I Conferencia de la
Mujer"; 1979 "Convención Internacional"; 1980, Copenhague,
"II Conferencia sobre la Mujer"; 1985, Nairobi, "III Conferencia
de la Mujer"; 1995, Beijing, "IV Conferencia de la Mujer"; 2000,
Nueva York, "Beijing + 5"; 2001 "Conferencia Mundial contra el
Racismo, la Discriminación, la Xenofobia y formas conexas de
intolerancia"; etc.
Finalmente, señalamos que estos programas están
financiados y promovidos por lo más concentrado de la plutocracia internacional
y sus colaterales; desde la ONU, el FMI, el Banco Mundial, hasta diversas
fundaciones (Ford, Hullet Packard, y otras), ONGs "mundialistas". Lo
cierto es que lo que se oculta con esta estrategia es la promoción de la
"salud reproductiva" como forma de reducir la tasa de fecundidad de
los pobres, países en vías de desarrollo, etc. Para ello se forman objetivos
mundiales sobre población (ej: basta ver el MEMO 200, más conocido como
"Informe Kissinger") y medios coercitivos sobre los gobiernos locales
para que implementen estos programas, y es justamente en este punto: el control
demográfico donde confluyen los programas de "salud reproductiva" y
la "perspectiva de género" como peligro potencial a la seguridad
nacional ya que se impulsan planes contrarios a los intereses del país que
debería trabajar intensamente en una geopolítica y política demográfica en
sentido inverso a estas doctrinas; esto es, promoviendo la vida, las familias
numerosas, la ocupación del territorio (que en ciertas zonas como la patagónica
llega a tener 0,5 habitantes por km2, considerándose según los cánones
internacionales, como zona desértica), complementada con una adecuada y firme
política de desarrollo y población.
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