LA FIESTA DEL CORPUS CHRISTI EN BUENOS AIRES
Proclamar públicamente
la fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.
Proclamar públicamente
la fe en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía.
Desde la fundación de la ciudad de Buenos Aires, la procesión del Corpus
Domini en derredor de su Plaza Mayor (hoy Plaza de Mayo) es una tradición
ininterrumpida.
Tal era la devoción al Santísimo Sacramento desde la época de Garay, que
en 1633 se funda la Archicofradía del Santísimo Sacramento, la institución más
antigua de la ciudad y de la arquidiócesis, con sede en la entonces Iglesia matriz de la ciudad, ubicada en la Plaza Mayor.
Una eclosión fulgurante de esta devoción a Cristo Eucaristía, que marcó la vida de la Iglesia en Argentina, ocurrió
en el inolvidable Congreso Eucarístico Internacional de 1934 en la urbe porteña.
Para esta ocasión se diseñó la magnífica pieza de orfebrería, realizada
por los plateros Pallarols, que es la Custodia que se atesora en la Catedral
Metropolitana, cuya altura supera a una persona y tiene en su base un
hemisferio que representa al orbe.
Esta Custodia fue llevada bajo palio por las calles de la ciudad, con la
presencia del Cardenal Pacelli (luego Papa Pío XII) quien fue el legado papal
para esta extraordinaria manifestación de fe argentina.
En esta foto se observa la Custodia del Congreso Eucarístico Internacional
colocada en la hornacina
del Retablo Mayor de la Santa Iglesia Catedral Metropolitana de Buenos Aires
(Corpus Christi 2014)
Los versos del Himno de dicho Congreso Eucarístico expresan muy bien esta
venerable tradición católica, presente desde los orígenes de nuestra historia
patria:
Pasearon el Corpus
por nuestros solares
los hombres que luego
fundaban ciudades.
Y abrían los surcos
para los trigales…
(espigas dan hostias
y leños, altares)
Bandera tu Cuerpo
fue en la azul atmósfera.
Y el cáliz dorado
fue el sol de la gloria.
Antes que el arado
rompiera la costra
de la tierra virgen
se elevó tu Forma.
Con Santo Tomás de Aquino repetimos algunas estrofas de la secuencia LAUDA
SION, que escribió en 1264 para esta Solemnidad del Corpus Christi:
Al
Salvador alabemos,
que es nuestro Pastor y guía.
Alabémoslo con himnos
y canciones de alegría.
Alabémoslo sin límites
y con nuestras fuerzas todas;
pues tan grande es el Señor,
que nuestra alabanza es poca.
Gustosos hoy aclamamos
a Cristo, que es nuestro Pan,
pues Él es el Pan de vida,
que nos da vida inmortal.
que es nuestro Pastor y guía.
Alabémoslo con himnos
y canciones de alegría.
Alabémoslo sin límites
y con nuestras fuerzas todas;
pues tan grande es el Señor,
que nuestra alabanza es poca.
Gustosos hoy aclamamos
a Cristo, que es nuestro Pan,
pues Él es el Pan de vida,
que nos da vida inmortal.
El Pan
que del cielo baja
es comida de viajeros.
Es un Pan para los hijos,
¡No hay que tirarlo a los perros!
Isaac el inocente
es figura de este Pan,
con el cordero de Pascua
y el misterioso maná.
Ten compasión de nosotros,
buen Pastor, Pan verdadero.
Apaciéntanos y cuídanos
y condúcenos al cielo.
Todo lo puedes y sabes,
Pastor de ovejas divino.
Concédenos en el cielo
gozar la herencia Contigo.
es comida de viajeros.
Es un Pan para los hijos,
¡No hay que tirarlo a los perros!
Isaac el inocente
es figura de este Pan,
con el cordero de Pascua
y el misterioso maná.
Ten compasión de nosotros,
buen Pastor, Pan verdadero.
Apaciéntanos y cuídanos
y condúcenos al cielo.
Todo lo puedes y sabes,
Pastor de ovejas divino.
Concédenos en el cielo
gozar la herencia Contigo.
¡ALABADO SEA
EL SANTÍSIMO SACRAMENTO DEL ALTAR!
¡SEA POR SIEMPRE BENDITO Y ALABADO!
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