Cardenal Cañizares:
La Iglesia está siendo acosada como nunca
“El laicismo reinante, la secularización
generalizada del mundo y al interior de
la misma Iglesia, la apostasía silenciosa y las deserciones de tantos
cristianos, el debilitamiento de las conciencias y la quiebra moral de
los tiempos actuales... están siendo una prueba muy severa”.
El Cardenal arzobispo de Valencia,
leyendo su homilía el 15 de agosto de 2015 en su Catedral
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio
Cañizares, concelebró este sábado con el cabildo de la Seo la solemne misa
que en la Catedral con motivo de la fiesta de la Asunción de la Virgen María,
en la que intervino la Coral Catedralicia. Previamente a la misa, miembros del Grup
de Mecha, caracterizados para la ocasión como los doce apóstoles, introdujeron
la imagen de la Dormición de la Virgen en la Catedral por la puerta de los
Hierros donde fue recibida por el cardenal y el cabildo a los sones del
himno de España, interpretado por el grupo de dolçaina y tabalet, que
acompañó a la procesión previa.
La preciosa imagen de la Dormición de la Virgen María sale en procesión desde la Catedral de Valencia, llevada por doce hombres que representan a los apóstoles.
En su homilía, el cardenal advirtió de que “a la Iglesia se la querría
callada en todo, muda, que se plegase a los poderes de este mundo, que
no inquietase a estos poderes, bajo el pretexto de que han recibido una
legitimidad de apoyos más o menos mayoritarios”, y se preguntó a continuación:
“¿Qué, si no, indican algunas decisiones asumidas frente a fiestas o
símbolos religiosos?”.
Después de recordar cómo “la Iglesia en el siglo
XX y los comienzos del XXI se ha visto acosada, tal vez como nunca en la
historia, y ha tenido que librar dura batalla contra el poder de las
tinieblas”, el titular de la arquidiócesis de Valencia añadió que también
hoy “las fuerzas del mal, las que están al servicio del príncipe de la
mentira, enemigo del hombre, siguen acechando a la Iglesia, dispuestas a
despedazarla, y a quien en ella está presente, Jesucristo”.
En este sentido, se refirió a las cruentas
persecuciones “en países que sufren la violencia desatada del yihadismo
islámico como en Irak, Pakistán o Nigeria, donde se está masacrando a los
cristianos por el hecho de serlo, con el silencio culpable de los países de
Occidente”.
Sin embargo, “no sólo es la eliminación física
sino el ataque moral, también en Occidente”, porque “lo que se intenta es que la Iglesia
desaparezca y no cuente”. A este respecto, advirtió sobre los
“movimientos ideológicos emergentes que, aunque huelen a rancio, en el fondo tratan
de eliminar a la Iglesia porque es en ella, en definitiva, donde se ofrece a
Jesucristo, la Verdad que nadie puede destruir y donde están el amor, la
libertad, la felicidad y la Vida”.
No obstante, precisó el cardenal Cañizares,
“aunque el laicismo
reinante, la secularización generalizada del mundo y la interior de la misma
Iglesia, la apostasía silenciosa y las deserciones de tantos cristianos, el
debilitamiento de las conciencias y la quiebra moral de los tiempos actuales...
están siendo una prueba muy severa”, la Iglesia “ofrece a todas las
gentes la esperanza viva en Jesucristo, resucitado, consciente, además
de que el hombre no puede vivir sin ella”.
En
efecto, “en medio de esta situación, en unión con María, asunta a los cielos,
gloriosa, la Iglesia es testigo de esperanza, camina en esperanza, llama a la
esperanza”, aseguró, porque “la Iglesia tiene la certeza de Jesucristo en ella,
de que Dios no la deja en la estacada, como no deja en la estacada al
hombre por la resurrección de su Hijo Jesucristo, de la que es muestra y
garantía la glorificación de María que hoy celebramos”.
Escudo del Cardenal Cañizares.
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