LA CLAVE DE BÓVEDA
DE UNA IGLESIA
(Como el incienso
que sube…)
En razón -o sinrazón-
de la gravedad invertida de todo espacio sagrado
(ámbito expropiado al cosmos, donde todo cae para
arriba),
la Clave de Bóveda del Santuario,
más que de cúspide, hace de fondo de aljibe
donde termina resumiendo toda plegaria, toda
liturgia, todo suspiro,
toda promesa, todo clamor, toda lágrima y gemido,
todo anhelo... y hasta uno mismo,
devorado por este Cristo volviendo pronto.
Asomarse a este brocal es caer en Dios.
¡Feliz el hombre alcanzado por este vértigo!.
(Reflexión del
Monasterio mendocino del Cristo Orante)
Bóveda de la iglesia del Monasterio del Cristo Orante, Mendoza.
En su epicentro hay un icono del Redentor
Bóveda
de las Bienaventuranzas de la Basílica porteña del Espíritu Santo, en
cuyo vértice central (óculo) se halla un vitral de la Santísima Trinidad
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