INFORME
SOBRE LA FE CATÓLICA
Acerca
de las desviaciones eclesiológicas en la actualidad,
que buscan acomodar la fe a las
exigencias del momento
bajo el principio de la “Sola Scriptura”
y de los
sentimientos individuales
Martín Lutero y la Plaza de San Pedro en Roma
En 1985, el periodista Vittorio
Messori le preguntaba al Card. Joseph Ratzinger en la entrevista que se publicó
como libro, llamado: Informe sobre la fe
- Messori: “Empiezo con una ‘provocación’: Eminencia, hay quien dice
que se está dando un proceso de ‘protestantización’ del catolicismo”.
- Card. Ratzinger: “Depende de cómo
se defina el contenido de ‘protestantismo’. Quien habla hoy de
‘protestantización’ de la Iglesia católica, se referirá sin duda, en términos
generales, a un cambio de eclesiología, a una concepción diferente de las
relaciones entre la Iglesia y el Evangelio. Existe, de hecho, el peligro de
semejante cambio: no es un mero espantapájaros montado por algunos círculos
integristas.
- Messori: Pero ¿por qué precisamente el protestantismo – cuya crisis
no es ciertamente menor que la del catolicismo – debería atraer hoy a teólogos
y laicos que hasta el Concilio permanecían fieles a Roma?
- Card. Ratzinger: “Desde luego no
es fácil explicarlo. Me viene a las mientes esta consideración. El
protestantismo surgió en los comienzos de la Edad Moderna y, por lo mismo, está
más ligado que el catolicismo a las ideas-fuerza que produjeron la edad
moderna. Su configuración actual se debe en gran medida al contacto con las
grandes corrientes filosóficas del siglo XIX. Su suerte y su fragilidad están
en su apertura a la mentalidad contemporánea. No es extraño que teólogos,
católicos, que no saben ya qué hacer con la teología tradicional, lleguen a opinar
que hay en el protestantismo caminos adecuados y abiertos de antemano para una
fusión de fe y modernidad”.
- Messori: ¿Qué principios entrarían en juego en esa opinión?
- Card. Ratzinger: “Hoy como
ayer, el principio de la Sola Scriptura desempeña un papel
primordial. Para un cristiano medio hoy resulta más ‘moderno’ y ‘evidente’
admitir que le fe nazca de la opinión individual, del trabajo intelectual, de
la contribución del especialista. Si ahondamos más, encontraremos que de tal
concepción deriva lógicamente el que el concepto católico de Iglesia ya no es
realizable, y que se debe buscar un nuevo modelo, en el sitio que sea, dentro
del vasto ámbito del protestantismo”
- Messori: Así que desembocamos, una vez más, en la eclesiología
- Card. Ratzinger: “Ciertamente. Al
hombre moderno de la calle le dice, a primera vista, más un concepto de Iglesia
que en lenguaje técnico llamaríamos ‘congregacionalista’ o de ‘Iglesia libre’ (Freechurch).
De donde se sigue que la Iglesia es una forma mudable y pueden organizarse las
realidades de la fe del modo más conforme posible a las exigencias del momento.
Ya hemos hablado de ello varias veces, pero vale la pena volver sobre el tema:
resulta casi imposible para la conciencia de muchos, hoy día, el llegar a ver
que tras la realidad humana se encuentra la realidad divina. Este es, como
sabemos, el concepto católico de la Iglesia, que, ciertamente es mucho más duro
de aceptar que el que el que acabamos de esbozar, que no es, por supuesto, ‘lo
protestante sin más’, sino algo que se ha formado en el marco del fenómeno
‘protestantismo’”
- Messori: A finales de 1983 – quinto centenario del nacimiento de
Martín Lutero -, visto el entusiasmo de alguna celebración católica, las malas
lenguas insinuaron que actualmente el Reformador podría enseñar las mismas cosas
que entonces, pero ocupando sin problemas una cátedra en una universidad o en
un seminario católico. ¿Qué me dice de esto el Prefecto? ¿Cree que la
Congregación dirigida por él invitaría al monje agustino para un ‘coloquio
informativo’?
- Card. Ratzinger (sonríe): “Sí,
creo de veras que habría que hablar también hoy con él muy seriamente y que lo
que dijo tampoco hoy podría considerarse ‘teología católica’. Si así no fuera,
no sería necesario el diálogo ecuménico, el cual busca precisamente un diálogo
crítico con Lutero y plantea la cuestión de cómo cabe salvar los grandes
principios de su teología y superar cuanto en ella no es católico”
- Messori: Sería interesante saber en qué temas se apoyaría la
Congregación para la Doctrina de la Fe para intervenir contra Lutero.
- Card. Ratzinger: “No hay la menor
duda en la respuesta: ‘Aún a costa de parecer tedioso, creo que nos
centraríamos una vez más en el problema eclesiológico. En la disputa de
Leipzig, el oponente católico de Martín Lutero le demostró de modo irrefutable
que su ‘nueva doctrina’ no se oponía solamente a los Papas, sino también a la
Tradición, claramente expresada por los Padres y por los Concilios. Lutero
entonces tuvo que admitirlo y argumentó que también los concilios ecuménicos
habían errado, poniendo así la autoridad de los exegetas por encima de la
autoridad de la Iglesia y de su Tradición”.
- Messori: ¿Fue en ese momento cuando se produjo la ‘separación’
decisiva?
- Card. Ratzinger: “Efectivamente,
así lo creo. Fue el momento decisivo, porque se abandonaba la idea católica de
la Iglesia como intérprete auténtica del verdadero sentido de la Revelación.
Lutero no podía compartir la certeza de que en la Iglesia hay una conciencia
común por encima de la inteligencia e interpretación privadas. Quedaron
alteradas las relaciones entre la Iglesia y el individuo, entre la Iglesia y la
Biblia. Por tanto, si Lutero viviera, la Congregación habría de hablar con él
sobre este punto, o, mejor dicho, sobre este punto hablamos con él en los
diálogos ecuménicos. Por otra parte, no es otra la base de nuestras
conversaciones con los teólogos católicos: la teología católica debe
interpretar la fe de la Iglesia; cuando se pasa directamente de la exégesis
bíblica a una reconstrucción autónoma, se hace otra cosa”.
¡Sí Eminencia! ¡Se hace teología
protestante!
Hay que ser contracultural para
permanecer católico
La entrevista de Vittorio Messori
al Cardenal Ratzinger continúa ponderando las vicisitudes y posibilidades del
diálogo ecuménico postconciliar. En un momento de esta conversación, el
Cardenal Ratzinger afirma que al convivir protestantes y católicos, son los
católicos los que corren mayor riesgo de deslizarse hacia las posiciones
protestantes. “El auténtico catolicismo se mantiene en un equilibrio muy delicado,
en un intento de compaginar aspectos que parecen contrapuestos y que, sin
embargo, aseguran la integridad del Credo. Además, el catolicismo exige la
aceptación de una mentalidad de fe que frecuentemente se halla en una radical
oposición con la opinión actualmente dominante”.
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