El primer gobernador de las ISLAS MALVINAS
y la advocación mariana de NUESTRA SEÑORA DE LA
SOLEDAD
El archipiélago de las Islas Malvinas, en el Atlántico Sur. La gran isla de la derecha se llama SOLEDAD, y en la gran bahía que se ubica en el noreste de esta isla se halla el Puerto de Nuestra Señora de la Soledad (en la actualidad Port Saint Louis)
La historia moderna de este archipiélago se origina con la expedición portuguesa de Américo Vespucio (1504), y con
la llegada de dos naves de la flota española de Fernando de Magallanes (1520). A partir de esa fecha, varias
expediciones españolas anclaron en las islas.
Luego tuvo tiempos de corsarios y piratas
ingleses y holandeses que incursionaron allí, hasta que los franceses se
afincaron con una explotación de focas. Ante el reclamo del Reino español, que
demostraba su posesión, se retiraron.
Y, coincidentemente, el 2 de abril de hace 250
años tomaba posesión el primer gobernador español de las Islas Malvinas,
nombrado por el Gobernador de Buenos Aires Francisco de Paula Bucarelli y
Uruzua. El 2 de abril de 1767, el capitán de navío
Felipe Ruíz Puente toma posesión de su cargo como primer gobernador de las
Islas Malvinas. Estará allí hasta el 23 de enero de 1773.
Arriba: un grabado de 1769 del Puerto Soledad y abajo: una foto en la actualidad.
Una de las necesidades que le pareció urgente
remediar al nuevo gobernador, fue la asistencia espiritual de quienes allí
había, de los franceses que quedaron tras la llegada de Bougainville, así como
de los españoles y criollos que lo acompañaban ahora.
Construyó una capilla y pidió a Buenos Aires, de la
que dependía, frailes y una imagen de la Virgen, bajo la advocación de Nuestra
Señora de la Soledad. Dos frailes y la imagen llegaron en enero de 1768. Desde
la protección de aquella advocación, durante años la capital y puerto mayor de
las islas se llamó Nuestra Señora de la Soledad, y a poco la entera isla mayor
tomó finalmente su nombre. Hay quienes atribuyen a Bucarelli, gobernador de
Buenos Aires, la elección de la imagen.
La imagen que se venera en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, es una talla española de Nuestra Señora de los Dolores o de la Soledad, que fue colocada allí en el año 1753.
Se dice por otra parte que la advocación de Nuestra
Señora de la Soledad (derivada de la advocación de la Virgen de los Dolores, en
recuerdo de los sufrimientos de la Madre de Jesús) es devoción antigua y
ciertamente que muy arraigada en España.
Lo que no tiene discusión es la tutela primera que
la Virgen tuvo oficialmente sobre las Islas Malvinas.
Y en estos
días que comienza la Semana de Pasión 2017 es bueno invocar a la Madre
Dolorosa, y encomendarle esta historia que es parte de nuestra historia patria argentina:
Señora de los Dolores,
Virgen de la Soledad,
el viento hiere en mis ojos
tu tierra en medio del mar.
Tengo esta tierra en mis huesos
y el corazón en amores,
Virgen de la Soledad,
Señora de los Dolores.
Toma mi sangre y mi ruego,
Virgen de la Soledad;
Señora de los Dolores,
líbranos de todo mal.
Toma mi canto y mi vida,
Señora de los Dolores,
porque no tengo más dones
que darte, Señora mía,
Virgen de la Soledad.
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