Centro de Profesionales de la Acción Católica "SANTO TOMÁS DE AQUINO" de Buenos Aires, Argentina.

22 de diciembre de 2017

RECUPERA EL ASOMBRO ANTE EL MISTERIO

ET VERBUM CARO FACTUM EST

ET HABITAVIT IN NOBIS





«El Verbo se hizo carne» es una de esas verdades a las que estamos tan acostumbrados que casi ya no nos asombra la grandeza del acontecimiento que expresa.

Y efectivamente en este período navideño, en el que tal expresión se repite a menudo en la Liturgia, a veces se está más atento a los aspectos exteriores que al corazón de la gran novedad cristiana que celebramos: algo absolutamente impensable, que sólo Dios podía obrar y donde podemos entrar solamente con la fe.

El Logos, que está junto a Dios, el Logos que es Dios, el Creador del mundo (cf. Jn 1, 1), por quien fueron creadas todas las cosas (cf. 1, 3), que ha acompañado y acompaña a los hombres en la historia con su luz (cf. 1, 4-5; 1, 9), se hace uno entre los hombres, establece su morada en medio de nosotros, se hace uno de nosotros (cf. 1, 14).

Es importante entonces recuperar el asombro ante este misterio, dejarnos envolver por la grandeza de este acontecimiento: Dios, el verdadero Dios, Creador de todo, recorrió como hombre nuestros caminos, entrando en el tiempo del hombre, para comunicarnos su misma vida (cf. 1 Jn 1, 1-4)

(Benedicto XVI, Audiencia General del 9 de enero de 2013)


“A Cristo, que por nosotros ha nacido,
venid, adorémosle”
(Invitatorio de Navidad)

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