TOTA PULCHRA ES MARIA
"Tota pulchra" es una antigua oración católica escrita en el siglo IV, referida a la Virgen María
Es una de las cinco antífonas para los salmos de las segundas Vísperas de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción (8 de diciembre).
El texto está tomado de las Sagradas Escrituras, en parte del libro de Judit y en parte del Cantar de los Cantares.
Con la sublime y venerable melodía gregoriana, en los enlaces de abajo se pueden escuchar (con su traducción al español) dos versiones de este himno, que invitan a celebrar esta Solemnidad con gran unción litúrgica:
Tota pulchra es, María,
et macula originalis non est in te.
Tu gloria Jerusalem,
tu laetitia Israel,
tu honorificentia populi nostri,
tu advocata peccatorum.
¡Oh! María, virgo prudentissima,
mater clementissima,
Ora pro nobis,
intercede pro nobis
ad Dominum Jesu Christum.
https://youtu.be/ZVCEjgQ4Kp4
La "llena de gracia"
es la abogada y modelo de santidad
de los cristianos.
Así lo expresa magnificamente
el Prefacio de la Misa de la Inmaculada Concepción:
Purísima la que, para todos los hombres,
es ahora abogada de gracia y modelo de santidad.
La "llena de gracia"
es la abogada y modelo de santidad
de los cristianos.
Así lo expresa magnificamente
el Prefacio de la Misa de la Inmaculada Concepción:
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Tú preservaste a la Virgen María
de toda mancha del pecado original
y la enriqueciste con la plenitud de tu gracia,
preparándola para que fuera la Madre digna de tu Hijo
y comienzo e imagen de la Iglesia, esposa de Cristo,
llena de juventud y de limpia hermosura.
Purísima debía ser la Virgen que nos diera a tu Hijo,
el Cordero inocente que quita el pecado del mundo.
Dios todopoderoso y eterno.
Tú preservaste a la Virgen María
de toda mancha del pecado original
y la enriqueciste con la plenitud de tu gracia,
preparándola para que fuera la Madre digna de tu Hijo
y comienzo e imagen de la Iglesia, esposa de Cristo,
llena de juventud y de limpia hermosura.
Purísima debía ser la Virgen que nos diera a tu Hijo,
el Cordero inocente que quita el pecado del mundo.
Purísima la que, para todos los hombres,
es ahora abogada de gracia y modelo de santidad.
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